miércoles, 11 de noviembre de 2015

Los "Cuentos Cuánticos" (3)

Siguiendo con el repaso a los cuentos de Ni colorín, ni colorado, hoy le ha tocado el turno a uno de los héroes clásicos por antonomasia: Pulgarcito.

En el caso del "niño que no era más grande que un pulgar", reconozco que me costó encontrar una buena idea con la que trabajar, ya que no lograba ninguna solución satisfactoria cuando usaba el método con el que abordé la mayoría: pensar en traumas debidos a los sucesos del cuento, exacerbar alguna característica de la personalidad, o elucubrar con represalias por los actos que hubiese llevado a cabo. Sin embargo, al ser un cuento tan reconocido, no quería dejarlo fuera de la colección. De modo que busqué un camino alternativo repasando las distintas versiones publicadas por los autores clásicos. Y ahí fue donde al fin hallé un punto en el que comenzar a hilvanar mi "epílogo".

En concreto la clave me la ofreció Perrault, pues el cuento que él recogió contenía un detalle único y muy interesante: Pulgarcito hacía uso de su astucia para engañar al ogro y que matase a sus hijas en lugar de sus hermanos. El héroe presentaba así un lado gris que decidí aprovechar, considerando la posibilidad de un universo en el que narrador y personaje pudieran encontrarse cara a cara.

Con esos conceptos en mente, sólo me faltaba desarrollar la ambientación en la que iba a tener lugar la historia y concretar las condiciones en que se produciría el peculiar encuentro. Lo primero fue relativamente sencillo, pues procuré evocar la Europa pre-industrial en la que el personaje del  cuenta-cuentos vagando de un lado para otro con sus historias era casi un elemento más del paisaje. La segunda parte, el encuentro, no tuvo más remedio que adaptarse a la concepción de todo el libro, de modo que la reunión entre un héroe de cuento y el narrador que pone en duda su honradez no podía resolverse de forma amistosa.

Respecto a la reescritura, éste es uno de los relatos que supe que iba a tener que retocar en cuanto empecé a recibir las notas de los lectores beta. Por una parte, debido al evidente problema que habían tenido para identificar el cuento que estaba referenciando. Un fallo acentuado por la introducción a la trama, que necesitaba que estableciera mejor el tono y la identidad del personaje protagonista. Pero, al final, creo que puedo sentirme satisfecho con esta historia del héroe desquiciado por unos "malos biógrafos" que lo están difamando. Aunque este Pulgarcito no conserve demasiado del simpático niño diminuto que salvó a sus hermanos de ser devorados por el ogro...

Y hasta aquí este artículo. En próximas entregas, nuevas aclaraciones sobre el proceso de creación de los demás relatos. 


(Ni colorín, ni colorado se puede adquirir en formato físico o digital en Amazon. Y si vives en Madrid y prefieres echarle un ojo antes, pásate por Generación-X Carranza).


(Aquellos que vayan a leerlo, tengan en cuenta la prescripción facultativa del autor: para disfrutar los relatos, no lean más de dos al día. Igual que las bolsas de caramelos, si se lo tragan de una sentada es posible que se les empache).

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