Como regalo de
Navidad, y preludio a lo que tengo planeado para el
2013, os presento la entrevista que hice a Roberto Rodriguez. Con él se inaugura (oficiosamente) la sección
"Nocteutores", dedicada por completo a los miembros de
Nocte y que ocupará la de
Otros Autores durante el año próximo.
Desde luego,
Roberto Rodriguez puede ser otro de esos ejemplos de autores que no se han rendido en ningún momento; no en vano ha sabido encontrar espacio para sus obras en el formato digital cuando se le cerraron las puertas de lo "tradicional". Sumado a la actividad en blogs y revistas, solo le puedo desear que obtenga mayores éxitos en el futuro.
1.Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo?
Pensar en publicar, desde el mismo momento en que terminé mi primer relato
“serio”, allá por el 2000 o así. Me encontraba en un mal momento anímico
y con pocas expectativas de futuro. Aquel año o el anterior, la verdad es que
soy muy malo para las fechas, había decidido retomar los estudios que había
dejado con 17 años por cuestiones aburridas y complejas de explicar, y me
había apuntado a la ESPA (Enseñanza secundaria para adultos). De la noche
a la mañana pasé de ser un alumno con perfil de fracaso escolar a ser un
alumno de valía. Nuestro querido sistema educativo tiene esas cosas. Ojalá los
políticos se dejaran asesorar por la gente que está implicada en la educación
día a día y tiene una perspectiva real de lo que sucede; y se olvidaran de los
votos y de agradar a determinados sectores. Pero me estoy desviando de la
pregunta. Entonces, mi profesora de Lengua en la ESPA leyó una redacción
que escribí y me animó a escribir un relato para participar en un certamen
literario que organizaba el centro. Yo había escrito guiones de cortometrajes
-porque después de dejar el instituto cursé un año de cine en una escuela
privada; un vano intento de seguir estudiando-, pero todos los relatos y
novelas que había intentado escribir los había dejado a la mitad. No gané
dicho concurso, pero me sirvió para seguir escribiendo.
Durante un tiempo me dediqué a participar en certámenes literarios, gastando
mucho dinero en fotocopias y espirales y perdiendo la ilusión a marchas
forzadas. Miré la posibilidad de publicar, porque en ese tiempo terminé mi
primera novela, llamando a un par de editoriales e investigando un poco. Pero
consideré que la inversión de dinero y tiempo eran demasiado, y mi tendencia
al pesimismo me impidió siquiera intentarlo; además, pensé, ahora sé que
con cierto criterio, que mi novela era intimista, y las editoriales que publican
novelas “más serias” no apuestan por un desconocido, aunque me dijeron que
les mandara el manuscrito encuadernado en espiral o canutillo -lo que era
una pasta.
Un par de años después, conseguí conexión a Internet en casa y vi que podía
empezar a mandar relatos para que me publicaran en webs. Me importaba
que me leyeran, no que me pagaran. Después de ver mis primeros relatos
publicados en Internet, decidí tratar de mover otra segunda novela que había
escrito, porque ahora podría limitarme a mandar correos electrónicos con el
archivo de la novela adjunto, sin dejarme un duro. Los rechazos y lo difícil
que parecía lograrlo, me hicieron casi abandonar la idea de publicar. Por
lo que me limité a mandar de forma esporádica la novela a las editoriales
más pequeñas que tocaban el género fantástico -mi segunda novela era de
fantasía-; publicasen estas en papel o digital.
2.¿Cómo ha sido hasta ahora tu experiencia en el mundo editorial?
Desalentadora, en lo que se refiere al mercado editorial. Al final, esto no
deja de ser un negocio. Cuesta aceptar que tú no eres más que una anónima
pieza de un engranaje mucho mayor que nada entiende de talento, si este no
viene acompañado de dinero. Me he encontrado de todo: empresas intentando
aprovecharse económicamente de la ilusión de los escritores; cartas de rechazo
impersonales y otras, con las que podías estar de acuerdo o no, que al menos
se molestaban en explicar las causas por las que tu novela era desestimada;
contratos tramposos que pretendían secuestrar toda tu obra, pasada y presente;
editores que solo se mueven por intereses, y otros educados y gentiles que no
disponen de medios suficientes; ver mi novela
“Gangsters Zombies” quedarse
viuda de editorial, cuando
Galisgamdigital cerró fruto de la crisis y los recortes de los ayuntamientos regionales... También he podido disfrutar de ver mis obras publicadas en papel, digital o audiolibro y de conocer a unos cuantos editores y escritores que me hacen pensar que no todo el mundo editorial está conformado
por empresarios sin escrúpulos, sino que hay gente que está aquí por vocación.
Aunque el constante cierre de las pequeñas editoriales no invita al optimismo.
Ahora me encuentro muy a gusto con la editorial
Valentia Autores,
Scifiworld y mis colaboraciones con la revista
Dolmen, y espero que estos tres proyectos sigan creciendo y yo pueda mejorando como escritor y crítico.
Si sigo escriendo no es por publicar, es porque siento la necesidad de hacerlo, vea
la luz o no; así como por el apoyo de mis amigos más cercanos y por lo sano que
resulta conocer a otros escritores que comparten tu pasión.
3.¿Dónde buscas la inspiración para tus obras?
En todo... parto de experiencias personales o cercanas y trato de retorcerlo hasta
convertirlo en una experiencia narrativa. Me cuesta mucho escribir sobre
cosas que no conozco, porque reconozco que no encuentro el tiempo o las
ganas necesarias para documentarme. Si escribir fuera la profesión que me da
de comer, me forzaría a intentar hacerlo; pero como no es el caso, me vale la
experiencia vital, mental, emocional y lectora para inspirarme.
En lo que se refiere a cómo se inician las tramas en mi mente, hay dos vías:
normalmente acude una imagen poderosa a mi mente y luego construyo un
argumento que de validez a ese instante; otras, en cambio, me obligo a escribir
de un tema en concreto y me lanzo a ello. Es obvio que el primer método me
resulta más catártico que el segundo, con el cual se aprende mucho, porque se
tira de oficio y te da tablas, pero el rito de escribir es menos vertiginoso.
4.¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela?
Me gustan ambos. La novela es una experiencia literaria mas continuada y
permite una mayor complejidad argumental, pero el relato te da vía libre para la
experimentación.
5.¿Cuánto te han influenciado tus estudios y /o tu profesión a la hora de
escribir?
Mis estudios me han influido más como una experiencia vital que como un motor
de conocimiento, debido a mi errática y anormal experiencia como estudiante. Mi
profesión, sobre todo como educador de menores, me ha servido muchísimo a la
hora de conocer al ser humano y cómo este reacciona ante situaciones extremas.
Lo que sí ha tenido una influencia mayor en mi forma de escribir ha sido mi
formación cinematográfica, después de dejar los estudios, en la escuela de cine
que ya he mencionado; yo quería ser director de cine, y solo me volqué en la
escritura cuando fui consciente de que carecía de medios suficientes para tan
siquiera aproximarme a lo que escribía en los guiones.
6.¿Qué género literario te gustaría innovar?
Me gustaría tocar todos los géneros, aunque es verdad que tiendo al terror; al
menos, en lo que se refiere a las atmósferas de mis narraciones.
7.¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar?
Dado que mi trabajo como educador de centros de reforma, monitor de OTL o
ludotecario, por desgracia, son bastante inestables y los recortes en educación
me están afectado gravemente, lo mismo paso un mes entero sin días libres que
luego me tiro otro en el Paro. Por lo que suelo escribir muchas horas durante
un mes o dos, y luego me puedo tirar un tiempo sin escribir nada. Aunque esa
rutina está cambiando de forma forzosa, ya que por mis colaboraciones y mis
compromisos adquiridos con
Scifiworld,
Valentia Autores,
Nocte,
Dolmen y mi blog:
“El soñador sin párpados”; tengo que dedicarle más horas de las que dispongo durante el día y la noche a escribir. Ahora suelo escribir todos los días, un mínimo de dos o tres horas y un máximo de once o doce. Obviamente, cada cierto tiempo me doy cuenta de que escribir no es lo que me da de comer, entro en crisis y por unos días me dedico a intentar ser una persona “normal” y dejo de escribir.
8.¿Hay algún manuscrito que guardes en un cajón porque aún no lo
consideres suficientemente bueno?
Tengo tres novelas a medio escribir, pero prácticamente todo lo que está
terminado está saliendo publicado.
9.¿Hay algún libro que no hayas sido capaz de acabar de leer?
El Quijote lo he intentado leer como cuatro veces, y no soy capaz de pasar de
las doscientas páginas. También creo que el problema es mío y del método que
empleo, ya que cada vez que trato de leerlo, lo empiezo por el principio en lugar
de retomarlo donde lo dejé. Tendré que seguir intentándolo, pero la prosa no
logra engancharme y me resulta un libro complicadísimo de leer. La pena es que
la historia me gusta, basta decir que me vi el primer capítulo de la serie que rodó
Manuel Gutiérrez Aragón, con
Fernando Rey haciendo de don Quijote, y me gustó tanto que decidí dejarla ahí, y retomarla cuando hubiese terminado el libro; creo que no terminaré jamás de ver la serie de TV.
10.¿Qué libro rescatarías a toda costa de tu biblioteca?
La lluvia amarilla, de
Julio Llamazares. Aunque he de reconocer que no me jugaría mi vida ni la de nadie por un libro, a no ser que viviera en un estado
totalitario y ese libro fuese un símbolo y no solo unas hojas encuadernadas; y aún
así, tendría que bregar con mi cobardía.
11.¿La última novela que has leído y recomendarías?
No recomendaría la última novela que estoy leyendo, porque no me está
gustando demasiado. Se trata de
El gran espectáculo secreto, de
Clive Barker. Recomendaría la anterior,
Festín de Cuervos, pero no solo la novela, sino la saga entera de
Canción de Hielo y Fuego.
12.¿Con qué escritor te gustaría coincidir en un ascensor? ¿Qué le
preguntarías?
Me gustaría coincidir con
George R. R. Martin, y aparte de decirle que ha tenido la suerte de dar conmigo -soy alto y delgado-, que si no, no cabríamos en el
ascensor, más que preguntar, me gustaría escucharle hablar de su experiencia
como escritor.
13.Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística?
Antes que cineasta y escritor quise ser dibujante de cómics. Lo dejé porque pensé
que ningún español podría trabajar para
Marvel -yo quería trabajar en Marvel,
era un Marvel Zombie-, luego
Carlos Pacheco y
Salvador Larroca empezaron a trabajar en Marvel. En la actualidad, hay un montón de dibujantes españoles trabajando para Marvel. Para que veáis el buen ojo que tengo para predecir el futuro. Ahora, cada cierto tiempo me da la neura, y me pongo a dibujar.
Lo que sí sigo haciendo es dirigir, editar y actuar en cortometrajes con mis
colegas de
Corruption Productions, pero paternidades, compromisos labores y
personales están provocando que cada vez pase más tiempo entre una producción
y la siguiente.
14.¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar?
Me faltan muchísimos sueños por cumplir... Algún día me gustaría dirigir un
largometraje; por soñar, que no quede.