jueves, 24 de abril de 2014

Los consejos de los maestros

En principio, no se puede decir que sea muy dado a servirme de manuales a la hora de escribir. Siempre he considerado que uno acaba asimilando los temas que le interesan de aquellos autores que más le gustan, y que pasa lo mismo con el estilo: de forma voluntaria o involuntaria, se imitan "gestos literarios" de aquellos que nos causan mayor admiración. Usando una referencia personal, sería como los dibujantes aficionados que se inician en el mundo del cómic; uno empieza copiando al autor que más le impresiona con sus imágenes y, con el paso del tiempo, acabas desarrollando tu propio estilo (sujeto a las limitaciones de tu capacidad artística, tu creatividad, y el afán que le pongas).

El caso es que, cuando Alamut anunció que publicaba Cómo escribir Ciencia-Ficción y Fantasía de Orson Scott Card, me surgió la curiosidad por saber qué consejos tenía el creador de Ender para los aspirantes a escritor; y, durante mi periplo por tiendas para hacerme con un ejemplar del libro, volví a escuchar muy buenos comentarios sobre el Mientras escribo de Stephen King. Curiosamente, no se puede decir que sea un fan incondicional de ninguno de los dos. Las obras que más me gustaron de ambos las leí en la adolescencia, pero posteriormente no he sentido la misma sorpresa y admiración cuando he atacado títulos suyos más "recientes". El Juego de Ender, por ejemplo, me dejó impresionado hasta el punto de que su protagonista se convirtió en uno de mis héroes favoritos. Y aún considero que las historias más interesantes de King están entre Carrie, Ojos de fuego, La larga marcha, y La zona gris. Pero, incluso a pesar de ese asomo de decepción, el talento que demostraron para crear aquellas obras hace que les siga respetando. Así que acabé con estos dos manuales para escritores entre las manos, y preguntándome cuántas de sus recomendaciones me llegarían demasiado tarde.

Centrándonos en los libros, lo primero es delimitar los diferentes parametros bajo los que se ha planteado su concepción: King se limita a narrar su propia experiencia profesional, desarrollando una breve autobiografía y describiendo luego los métodos propios a la hora de escribir; Card, sin embargo, se embarca en una descripción general del género y las cualidades que deben poseer las obras para ser adscritas a él, además de repasar un listado de "buenas aptitudes" para el aspirante a escritor profesional.


Mientras escribo, como ya he dicho, viene a ser una visita virtual al estudio de Stephen King, en el que el genio de Maine nos cuenta su vida antes de explicarnos cómo desarrolla su labor creativa. En ese sentido es una obra bastante amena, e impresiona descubrir la familiaridad con que desgrana ciertos avatares oscuros por los que ha pasado: el alcoholismo desde una edad temprana, transformado luego en adicción a varias drogas; o el accidente cuasi mortal (narrado como si fuera la escena principal de alguna de sus novelas) que cambió radicalmente su vida.

La parte dedicada a los futuros escritores desglosa de modo sencillo las rutinas de trabajo de King, además de explicar los aspectos en los que él mismo hace hincapié mientras redacta sus libros (acompañado de algunos ejemplos en los que se vale de los manuscritos). En mi opinión, y siendo un escritor bastante menospreciado en algunos círculos, es interesante la atención que pone sobre los aspectos estilísticos de su prosa. 


Como escribir Ciencia-Ficción y Fantasía, por su parte, hace honor a un título con mucha más vocación de ensayo sobre el género y las herramientas del escritor. Card no tarda en exponer pormenorizadamente los orígenes de la ci-fi, las características básicas que definen la literatura especulativa o de fantasía, y su desarrollo hasta la actualidad. El inicio del libro constituye, como se puede deducir, un tratado básico sobre qué es la ficción fantástica y cómo se han establecido los estereotipos que la definen.

El libro se extiende después en varios de esos elementos "propios del género", usando ejemplos de otros autores para explicar cuál podría ser una forma magistral de uso de los mismos. De entre los más importantes, destacaría sus recomendaciones sobre cómo introducir los conceptos "ficticios" en la narración, la importancia de crear la "suspensión de incredulidad" en el lector, o el apartado en el que propone distintos tipos de magia y cómo se debe tener en consideración que un elemento "estético" también puede poseer implicaciones de fondo en el mundo y los personajes que hemos creado. Una advertencia muy clara para que el autor de ficción no se olvide de dar coherencia al mundo que está presentando.

Por supuesto, ambos libros incluyen varios pasajes en los que se insiste en la importancia del trabajo diario y la constancia para quien sueña con ser "escritor en mayúsculas". De la manera más clara y honesta posible, tanto King como Card le explican a cualquiera lo complicado no sólo de llegar a alcanzar la cima, si no de mantenerse allí. Ni un sólo resquicio se le concede al a visión romántica de esta profesión, para que nadie se llame a engaño. Y, personalmente, creo que es de las aportaciones más importantes que se puede hacer a un texto de estas características. Consejos como el de "procura tener un trabajo que pague tus facturas, porque los libros es difícil que lo hagan", son la mejor manera de abrir los ojos a los aspirantes a grandes escritores del futuro.

Como detalle curioso, apuntar que Alamut (no sé si imitando a la edición original) ha añadido al final del texto una serie de breves entrevistas a autores nacionales y extranjeros del género (Jose Carlos Somoza, Sapkowski, Elia Barceló...), insistiendo en varios de los aspectos comentados anteriormente. Y ahí podemos ver de nuevo la importancia de la constancia, así como una muestra palpable de que "cada maestrillo tiene su librillo".

Mi recomendación final es que se lean ambas obras. No como un manual, si no como una ayuda a la que acudir en momentos de duda para servirnos de sus consejos. Aunque, eso sí, conviene proveerse de post-it y lápiz (o bolígrafo) para tener bien marcadas esas perlas de sabiduría cuando queramos consultarlas en el futuro.


2 comentarios:

  1. Buen post.
    Me pasa un poco lo que a ti con Card, lo que añadido al hecho de que el tipo los últimos años se ha convertido en un fanático religioso me aparta bastante de esta obra. ¿Se nota algo de esta "ida de olla"?
    Saludos.

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  2. Gracias por el comentario, Pedro.
    Respecto a tu pregunta, debo decir que no. No he notado ningún tufillo pseudoreligioso por ningún lado. Es un texto bastante limpio y, como digo en el artículo, ambos dan consejos bastante realistas y lógicos.
    Así que ya sabes...

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