Llegó Agosto y, con su habitual puntualidad cósmica, las Hespérides volvieron a cruzar nuestra atmósfera para crear el espectáculo de las "Lágrimas de San Lorenzo". No suelo poder disfrutarlas cada año, porque su llegada tiene la mala costumbre de chocar con mis horarios laborales. Sin embargo, anoche pude salir con unas amigas a una zona relativamente limpia de contaminación lumínica y observar el paso de unas cuantas estrellas fugaces (aprovechando de paso para comprobar las prestaciones de mi nueva cámara). Y aunque las nubes y el natural instinto escurridizo de las Hespérides nos lo puso difícil, cosechamos unas cuantas imágenes realmente impresionantes.
Mentiría si digo que no le pedí a alguna que el futuro sea un poco mejor para mis proyectos literarios. Pero, como dice el título, hay que aprovechar cualquier ayuda... aunque sea así de "etérea".
Mentiría si digo que no le pedí a alguna que el futuro sea un poco mejor para mis proyectos literarios. Pero, como dice el título, hay que aprovechar cualquier ayuda... aunque sea así de "etérea".
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