martes, 14 de agosto de 2012

Admitido entre las plumas nocturnas

Aunque algún lector puede inferir respuestas inquietantes al intentar desentrañar lo que significa una combinación de palabras como plumas y nocturnas, voy a proceder en primer lugar a eliminar cualquier poso de sospecha a ese respecto. Y es que, lo que pretendía anunciar con esa forma poética es, ni más ni menos, que mi admisión en la Asociación Nocte.


Para aquellos que no conozcan su existencia y/o sus fines, les informo: Nocte nace como una agrupación de escritores interesados en el género del terror, a la vez que preocupados por dignificar las obras que lo integran. Entre sus miembros hay autores a los que entrevisté en el blog (J.E. Álamo, Oscar Bribián), así como autores reconocidos de la talla de Victor Conde, e incluso tienen entres sus miembros honoríficos a Pilar Pedraza.

Personalmente, la admisión me ha alegrado bastante. Me considero un escritor "periférico" al terror, así que no las tenía todas conmigo cuando les hice la petición de ingreso. Quien me conoce y me ha leído sabe que disfruto cogiendo de vez en cuando un barril de sangre y vísceras para volcar el contenido sobre el lector, sólo por darle un sobresalto, pero que no suelo convertir el miedo en la constante de la trama (además, mis intentos por escribir relatos "de terror" aún no han cosechado un éxito que me anime a creer en mis oportunidades). Aunque, por otra parte, es posible que la barrera entre el suspense y el miedo sea más permeable de lo que uno piensa. Y, además, acabo de publicar un relato en una antología sobre monstruos...

Parece que, al final, lo de pedir ayuda a las estrellas fugaces hasta tiene efecto...





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