Hace poco más de una semana, mientras exploraba la red para localizar nuevos autores a los que proponer que hicieran "el cuestionario de Párrafos Perturbados", me encontré con el blog de María Covadonga Mendoza. Y así me enteré de la caída en desgracia de la editorial Vía Magna.
El caso de una empresa "pequeña" cerrada por los problemas derivados de la crisis no tendría nada de extraordinario, si no fuera por hechos supuestamente acaecidos en paralelo, de naturaleza menos común (y vaya por delante que estoy elucubrando al culpar a lo crisis de lo ocurrido con la editorial). Para empezar, Vía Magna habría mantenido un completo silencio con los autores y los empleados desde principios de Agosto, culminando con la eliminación de la página web y el grupo en Facebook. Los dueños de la editorial, los hermanos Slonimski, parecen haber llevado a cabo una "espantá" o, más finamente, "despedida a la francesa", en la que se ha desentendido de sus obligaciones con quienes dependían de ellos.
Esta, en principio, era la noticia que ha ido comentando María en su blog durante el verano. Pero al hacerme eco en un par de foros, surgieron datos (basados, eso sí, en comentarios) sobre un comportamiento más canallesco.
En primer lugar, un posible saldo generalizado de obras del catálogo. El cual no tendría otra razón de ser que la simple recaudación. Con la tienda on-line clausurada ya es imposible hacer comparaciones, pero ese "arrebañar las últimas migajas del plato" me parece una maniobra horrible. Sobre todo por lo que implica para los autores: sus obras, vendidas a precios de risa sin que les quede siquiera el consuelo de ir a cobrar por ello.
Sin embargo existe otro comentario que ha causado mucha extrañeza a quienes lo han leído. Según lo dicho por un forero, Vía Magna le habría ofrecido manuscritos a otras editoriales. Este supuesto comportamiento, en principio una aparente manera de dar salida a obras que la editorial ya no podría publicar, podría ocultar también un fondo siniestro. Y es que, teniendo en cuenta todo lo anterior, me atrevo a imaginar a esos editores ejerciendo como improvisados agentes, esperando ganar algún dinero con esos manuscritos al presentárselos a otros colegas del gremio.
Lo cierto, en cualquier caso, es que Vía Magna ha cesado su actividad sin dar ninguna clase de explicación y rehuyendo (hasta donde yo sé) todas las obligaciones contractuales contraídas.
Sin querer cubrir de pesimismo el futuro, espero que esta nota sirva para que os mantengáis ojo avizor y estéis preparados para las posibles cornadas editoriales que podáis sufrir en el futuro.
EDITADO 07/06/2011
Tras recibir el siguiente mensaje, proveniente de Letra Clara, debo eliminar la parte del artículo que se refiere a la denuncia de un supuesto autor estafado que utilicé. Aún así, espero saber pronto qué ha ocurrido y si se trató de una pataleta por parte de un escritor frustrado o debo reincorporar el texto ahora eliminado (sobre todo, porque la mayoría de foros en los que se hicieron eco igualmente de la noticia han eliminado el correspondiente hilo)...
Les comunicamos, que con fecha 16 de julio de 2010 se interpuso una denuncia en el Juzgado de lo Penal número 3 de Madrid, por calumnias, injurias, etc., hacia dicha usuaria por lo comentado en su foro y actualmente está en vía judicial, rogamos a la mayor brevedad anulen dicho comentario de su foro, o nos veremos obligados a denunciarles a ustedes también por dichos motivos, ya que el moderador de dicho foro no revisa los comentarios que están contemplados en el código penal y les estamos dando una oportunidad para subsanar dicho error.
Esperamos y deseamos que esta situación se subsane lo antes posible.
Muy atentamente.
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