martes, 23 de julio de 2019

Nuevos Horizontes

Como los calores veraniegos me tienen las neuronas al baño maría, y no soy capaz de hilvanar un artículo más sesudo sin poner en peligro que se me derrita el cerebro, voy a aprovechar para comentar mi experiencia con un medio en el que apenas sí me había prodigado hasta ahora y al cual he empezado a cogerle el tranquillo: el Podcast.


El problema con las entrevistas en vivo es que, a pesar de que las disfrutaba mucho, siempre temía el momento en que aparecería esa pregunta que pusiera a prueba mi talento discursivo. En parte, por la tendencia a dispersarme cada vez que que empiezo a explicar cualquier cosa (lo cual ocurre de manera directamente proporcional al tiempo que me extienda hablando); y por otro lado me preocupaba no resultar tan brillante como otros tertulianos. Al escuchar algunos programas y a sus invitados, cuya erudición me hacía pensar que les capacitaría para participar en Saber y Ganar sin problemas, me daba la impresión de que yo podía aportar muy poco en comparación.

Esos complejos se debilitaron a raíz de las charlas que realicé sobre cómo escribir historias de aventuras, y podría decir que se desvanecieron casi por completo tras grabar mi última colaboración para Milanosfera, en la que charlamos sobre recursos literarios que podrían aprovecharse a la hora de escribir aventuras o campañas para juegos de rol. Al repasar los audios de esas charlas me dí cuenta de que, si bien mi discurso no era tan sesudo como a veces quisiera, lo que contaba sí resultaba entretenido. Y que para un cierto número de personas podría ser ilustrativo.

Eso fue lo que me hizo meditar la posibilidad de volverme más activo en este medio; y, tras dejar para algún momento del futuro el plan de montar mi propio podcast, se me ocurrió la idea de colaborar en el programa de una amiga: El podcast surge de la tumba. Y ahí fui con una propuesta de sección, dedicada a fomentar la hibridación de géneros a la vez que hablo de novelas que, sin estar de forma estricta en la categoría del terror, hicieron uso de herramientas del género para lograr provocar algún que otro escalofrío al lector.


Mi primera participación fue dos semanas atrás, e inauguré la sección con todo un clásico de la literatura de género: La guerra de los mundos, en cuyas páginas se ocultan no solo múltiples conceptos propios del terror, si no que dio forma a varios de los elementos comunes para las historias de invasiones extraterrestres. Y la semana pasada hice mi segunda aparición, recuperando un thriller de aventuras y terror muy difícil de encontrar: El descenso.

Esto no significa que vaya a abandonar el blog, porque aún hay un montón de artículos que quisiera escribir y compartir con vosotros. No solo acabar con la lista de relatos que me influenciaron como escritor, si no las reseñas de los libros que voy leyendo y los consejos que puedo ir dando desde mi experiencia en el mundo editorial. Así que seguid atentos, y disfrutad de lo que os cuento.


No hay comentarios:

Publicar un comentario