Llegamos al final del año con una nueva entrevista. En esta ocasión se trata de una compañera Nocteña que, según mi escaso conocimiento de la asociación, puede aspirar al título de vagabunda honorífica dada su afición a ir de país en país: Anna Morgana Alabau.
¿Qué puedo decir de Anna? Pues que es de esos artistas multi-disciplinares que, en algún momento, tendrá que "reventar". No puede ser que tocando tantos campos no acabe nadie por descubrir su talento. Y, mientras tanto, es de admirar su constancia y capacidad de aprovechar las nuevas tecnologías para darse a conocer. Un ejemplo en el que pueden mirarse otros autores que estén planteándose probar suerte con la edición digital.
1. Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo?
A decir verdad, creo que no lo pensé mucho. Tenía un libro de cuentos escrito, una correctora muy entusiasta y pensé “¿Por qué no? Voy a mandarlo, a ver qué pasa”. De hecho, el “a ver qué pasa” es una gran filosofía de vida, a veces. Lo intentas. Si no sale, bueno, pues te quedas como estabas, y si sale… En mi caso recibí el e-mail de la editorial y me puse a saltar por la casa como un canguro anfetamínico. Luego llamé a todo el mundo que pude, escribí mails, mandé mensajes… Supongo que ese subidón de autoestima que te da el reconocimiento ajeno tiene bastante que ver con los motivos por los que uno publica. Al menos en mi caso, que tengo un niño interior que se me come por dentro. De todas maneras, lo mejor de publicar es ver a mi abuela de 93 años leerse los cuentos que escribo.
2. ¿Cómo ha sido, hasta ahora, tu experiencia en el mundo editorial?
Escasa. En una palabra. Firmé con una editorial pequeña, que se comprometió a publicar “el libro en formato papel o e-book” en menos de un año. Y lo hizo, con el e-book. Lo malo es que el formato papel lleva ahí parado desde 2010, así que contenta, lo que se dice contenta, no es que esté. En cuanto a las demás publicaciones, he tenido la gran suerte de ir de la manita de algunos miembros de NOCTE, que se han encargado de pactar las condiciones con las editoriales. De ellos he aprendido muchas cosas (y las que les quedan por enseñarme), del mundo editorial y de otros mundos, así que espero que mis futuros contactos con el mundo editorial sean, por lo menos, más productivos.
A parte de esto (y ahí es donde cojo la pala y me cavo la tumba), soy una gran partidaria del Creative Commons y estoy tremendamente expectante ante el cambio en el mundo editorial que creo que se está avecinando. Mis motivos son egoístas, pero son los míos: si las editoriales me pagan una miseria por cosas que hago yo, que saco de mi cabeza y de mi tiempo libre, y el precio que ponen ellos impide a mucha gente acceder a ello… prefiero que lo tengan gratis y lo difundan, aunque yo gane menos. El hecho de que alguien considere algo mío digno de difundir a la otra gente… En fin, es pura egolatría, pero si los derechos que paga la industria editorial no me dan para vivir (o para un mínimo sobresueldo), mi prioridad en cuanto algo está escrito es que lo lea el mayor número de gente posible. Suena un poco naïve y no es tan simple como acabo de ponerlo, pero a grandes rasgos, soy una romántica (de Bécquer, no de Danielle Steel) y estoy condenada a sufrir por ello…
3. ¿Dónde buscas la inspiración para tus obras?
En la naturaleza, en lo que conozco y en lo que aprendo. La vida es algo terrorífico, terrible, con un destino final desconocido y espeluznante. Tengo amigos biólogos a los que avasallo a preguntas, que me cuentan las cosas más horrendas que se puedan escuchar sobre avispas parásitas, animales que se comen a otros desde dentro, virus y bacterias que se reproducen de maneras bestiales… Si escuchas un poco a la gente que sabe cosas que tú desconoces, o que sabe más que tú de las que conoces un poco… En fin, hay para escribir durante todas las eras de la humanidad elevadas a infinito. Creo que la curiosidad es lo único con lo que naces que eres capaz de llevarte a la tumba, así que intento mantenerla tan viva como cuando era una niña y preguntaba todos los porqués
4. ¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela?
Es difícil. Diría que el relato, porque he escrito más. Hasta hoy, he escrito una novela que guardé en un Dropbox porque no acaba de gustarme, tengo una a medias que se arrastra como un zombi a medio descomponerse y la Novela, en mayúscula, que llevo un año escribiendo y que espero acabar algún día.
Es complicado: escribir un relato es como montar en una montaña rusa. Es empezar con expectativas, escribir como una loca durante momentos de tensión, drama, inquietud, emoción… y acabar con el corazón encogido y la respiración entrecortada. Luego queda repasar, reescribir, borrar y todo lo demás, pero es una manera de escribir que no puedo repetir en una novela. Es un proceso distinto, con el que quizá me sienta más cómoda. De todas maneras, la novela te permite cosas que en el relato están vetadas por extensión y ritmo, y me apetece probar a llevarlas a cabo… “a ver qué pasa”.
5. Aparte de la escritura “literaria”, ¿hay algún otro medio que practiques, o que te gustaría probar? (poesía, periodismo, teatro, guión de cine/cómic/tv...)
En realidad empecé con el cine. Estudié Comunicación Audiovisual porque quería dirigir cine (¡qué cagada!), y no lo descarto si alguna vez se presentase la oportunidad. Luego me interesé mucho en el guión y en el cine de animación en especial. He trabajado como animadora (de dibujos animados, no de gente de la tercera edad, aunque seguro que también es interesante…) y es un mundo que me encanta. Ahora trabajo como escritora de contenido para páginas web en Londres: periodismo, artículos, notas de prensa… y no está nada mal. A decir verdad, me gusta bastante, pero no tiene punto de comparación con ponerme ante una página en blanco y dejarme llevar por toda la mierda que llevo dentro y la que pasa fuera para crear algo que es sólo mío en ese momento pero puede llegar a ser de muchos más…
El cómic también es un medio que me fascina. Tengo mis pinitos hechos en fanzines y tal. Supongo que casi todos los que sentimos el impulso empezamos por el mismo lugar… Como decía, la curiosidad es una de las mejores cualidades del ser humano, y desde luego es una que no estoy dispuesta a desaprovechar.
6. ¿No crees que actualmente se enfoca demasiado la carrera de escritor hacia la consecución del éxito editorial, sacrificando incluso la calidad literaria?
Es una tendencia, sí. Personalmente creo que los monstruos editoriales están intentando pegar las últimas dentelladas antes de morirse. Creo que podemos estar ante un cambio de paradigma, para bien o para mal, y la industria está intentando sacar el máximo dinero que pueda antes de que ocurra. Desafortunadamente, muchos escritores están de acuerdo con ello y por eso tenemos un montón de best-sellers que no pasan de fanfic glorificado. No digo que yo sea mejor, o que pueda hacerlo mejor. Lo intento y con eso, de momento, me basta. Tengo fanfics escritos por ahí, pero ni los voy a borrar ni voy a intentar que me los publiquen. Me parece una ridiculez, aunque tenemos muchos ejemplos de ello… A mucha gente le gusta leerlos, ¿por qué no? Pero cuando yo leo un libro, espero algo más que simple entretenimiento, una calidad, un “algo especial”… Así que, a la hora de escribir, escribo lo que me gusta leer. Nada más.
Al final, todo acaba siendo una decisión personal de cada escritor y de cada lector y, aunque no las comparta, las respeto. Después de todo, podría ser yo la que esté equivocada…
7. ¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar?
Tengo una entropía rutinaria, por así decirlo. No tengo mucho tiempo, así que intento sacar las horas que puedo de dónde puedo para escribir, aunque sea un ratito. Como no tengo un “hogar” fijo ahora mismo, me voy a bares, a cafés o dónde sea que haya gente paseando y pueda tomarme un té o una birra. Me empano un rato mirando a la gente hablar, caminar, gesticular… y pienso en cosas, en lo que siento… intento entrar en un estado de ánimo. Luego me pongo a escribir como una demente, en el ordenador o en una libreta, hasta que me siento muy cansada y veo que me cuesta sacar las palabras, o hasta que me tengo que ir a currar o a hacer algo.
No es una rutina, per se, pero es la única manera en la que puedo trabajar ahora mismo. Me gustaría poder vivir de escribir por el simple motivo que, a veces, necesito poder permitirme pasar dos horas ante la página en blanco sin que se me ocurra nada. Ahora no puedo hacerlo y eso convierte el proceso de corrección y reescritura en algo un poco más tedioso, porque muchas veces, cuando escribo, lo que hago es un vaciado mental que tendré que reordenar luego. Por suerte, he empezado a usar yWriter y Dropbox para no volverme completamente loca entre libretas, ordenadores distintos, mil versiones de un mismo archivo, el orden de los capítulos… Escribir, sobre todo novelas, puede ser un tanto abrumador para una persona un poco obsesiva-compulsiva…
8. ¿Hay algún manuscrito que guardes en un cajón porque aún no lo consideres suficientemente bueno?
Sí, vaya que sí. Lo que pasa es que mis cajones actualmente se llaman Dropbox, Google Drive y Muninn (el nombre de mi disco duro extraíble). Tengo algunos textos allí que no me acaban de gustar, tengo otros a los que les hace falta “madurar” antes de corregirlos, tengo algunos que se han quedado a medias y muchas ideas para escribir otras cosas. Luego tengo una libreta (Huginn) en la que pego recortes de periódicos, post-its, trozos de telas, hojas de árboles y demás mierda que me encuentro por ahí y que me sugiere cosas para escribir otras cosas… En fin, la entropía ordenada que mis amigas dicen que valdrá una pasta cuando me haga famosa y me encierren por loca (lo que no tienen claro es si saldré en los periódicos como escritora o como abuelita psicópata que enterraba jovencitos en su “backyard”) haha
9. Algo que puedas contar sobre tu último proyecto literario...
Bueno, últimos hay unos cuantos, pero la Novela, en mayúscula (se lo merece por el tiempo que llevo dándole a la tecla con ella) es una distopía steampunk. ¿Una qué? Pues un experimento, en general. Es mi primer paso en un género que me apasiona por su escapismo, por su barroquismo, por el peso de la belleza estética de los objetos a pesar de su poca practicidad… No sé, tiene algo que conecta muy profundamente conmigo. Sin embargo, es un género muy optimista, y de ahí la distopía. Creo que soy incapaz de escribir algo feliz y alegre. No porque no lo sea, sino porque no es lo que necesito sacarme de dentro… Y hasta aquí puedo leer.
10. Por fin, eres una autora consagrada... ¿a qué lugar del mundo le pedirías al editor que te enviase “para inspirarte y documentarte”?
Uff, pues depende de lo que estuviera escribiendo. Ahora vivo en Londres, un lugar fantástico para escribir steampunk. Salgo de casa y veo cosas victorianas todos los días, salgo de fiesta y me junto con gente que lleva ropa o accesorios steampunk, que habla de los libros, las películas, los cómics,… Es un gozo absoluto.
Tengo en el tintero una novela de vikingos y me encantaría volver a Noruega, donde se me ocurrió, para vivir allí un tiempo y escribirla, para inspirarme con el ambiente en el que se desarrolla…
Aparte de eso, para escribir lo que sea que quiera escribir, suelo embarcarme en una odisea documental de tres pares de narices. Me encanta, no le puedo hacer más. Busco y rebusco por Internet, me compro libros, voy a la biblio… me hago unos apuntes dignos de tesis doctoral que la mayoría de veces acaban sin aparecer en el relato o en la novela,… pero es que yo soy así y ni lo puedo ni lo quiero remediar.
Supongo que soy una autora consagrada, por así decirlo. Yo suelo decir que soy una friki de las cosas guays: la documentación, la ortografía, la gramática…
11. ¿La última novela que has leído y recomendarías?
Hija de lobos de Víctor Conde, sin ninguna duda. Disfruté mucho con esa novela, con el montón de documentación que lleva detrás, con el giro que le da al monstruo clásico, con la complejidad y la coherencia de sus personajes, con la adecuación a un estilo y a una época remotos, pero literariamente identificables, sin renunciar por ello a técnicas narrativas modernas… Es una de esas novelas que le llenan a uno la boca recomendándolas.
12. ¿En qué personaje literario te reencarnarías?
Esta es la pregunta que me cuesta más contestar. Hay tantos y tan buenos… Pero, en el fondo, y por mucho que yo diga que algo de realidad tiene que haber aparte del personaje literario, sé que sólo hay uno en el que me reencarnaría por los siglos de los siglos de los siglos, y es Morgana Le Fay. Hija de Avalanch, reina de Avalon, jefa de las nueve herederas de la Isla de las Manzanas, hechicera, curandera, capaz de transformarse en animales, madre del Caballero del León, tía de Mordred, superviviente de la batalla de Camlan…
Morgana es un personaje poderoso y fascinante, uno de esos que, si conecta contigo, lo llevas dentro toda la vida; de los que conoces tanto que, cuando alguien te discute algún aspecto de la historia, reaccionas como si te discutieran a ti misma… (¿Queda alguna duda de que soy una romántica?).
13. ¿Edición tradicional, o edición digital?
Las dos. Sin duda. Y a poder ser, POD (impresión bajo demanda). La edición digital es más barata para el consumidor, lo que para alguien como yo y los que están en mi entorno significa ser capaz de acceder a más libros al mes sin tener que recortar en comida (lo que se agradece). Además, tiene un componente eco-consciente que es bastante importante para mí. Suelo comprarme los libros en digital primero y, si me gustan mucho, luego me los compro en papel. La impresión bajo demanda simplemente significa que no hay un stock de libros ya producidos que nadie compra y se tienen que destruir. Consumir recursos produciendo cosas que luego hay que destruir consumiendo otros recursos es una idea que me pone muy nerviosa y particularmente cabreada. Así que la POD me parece una muy buena solución: leo en digital y, si tengo ganas de sostener un libro (que las tengo) o siento el afán coleccionista que seguramente me llevará a pedir al autor que me lo firme en algún momento, pido un ejemplar en papel. No creo que haya una solución buena o mala, sólo soluciones conscientes e inconscientes, sentido común o la falta de él.
14. Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística?
Solía ilustrar, aunque hace tiempo ya. Estuve muchos años yendo a clases de pintura e ilustración de cómic, y soy animadora, aunque hace años que no “ejerzo”, por decirlo así. Pero me encanta. Sé que si tuviera tiempo volvería a hacer cortos gilipollas en mi casa sólo para quitarme el mono de animar. Espero tenerlo algún día. De mientras, hago muñecos de palo que se mueven en los bordes de los post-it y dibujo tonterías en los papelotes en los que tomo nota en las reuniones con los clientes en el trabajo. Algo es algo…
15. ¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar?
Millones, supongo. La verdad es que sueño mucho y muy alto, así que hay muchas cosas en mi lista… Si quito lo típico de conquistar el universo, volar y tal… supongo que mi sueño confesable más reciente es acabar la novela y publicarla. A poder pedir, genio de la lámpara, me gustaría que tuviera un público entusiasta dispuesto a difundirla, e incluso a crear un fandom de ella (¿te imaginas? Haha) y si todo esto me diera “dineros en cantidades”, hay una persona a la que me gustaría poder ayudar aunque fuera una décima parte de lo que me ha ayudado ella durante toda mi vida.
Eso, y otros sueños menos confesables (para la próxima…).
No hay comentarios:
Publicar un comentario