Comenzamos el año 2013 con un artículo que mantiene la tradición del blog, aunque renovada: el primer artículo del mes es una entrevista, pero la sección ha cambiado su nombre por "Nocteutores". ¿Y eso? Porque este año, en exclusividad, los autores entrevistados pertenecerán a la Asociación Nocte. Así, aparte de aprovechar mi reciente admisión entre sus filas, "homenajeo" a mi manera este año, cuya cifra parece tan a propósito para unos autores dedicados al terror.
La autora que inaugura oficialmente la sección es Nuria Botey. Cuentista de pro, como así atestiguan los numerosos premios y otros reconocimientos que lleva acumulando desde hace más de una década, también ha practicado la novela (aunque bajo seudónimo); y la razón de ser quien rompe el hielo radica en que ha publicado recientemente con la editorial Saco de Huesos una antología, con lo más granado de sus relatos: Vosotros justificáis mi existencia. Así pues, y sin más dilación, os dejo con las respuestas al cuestionario.
1. Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo?
¡El ego, jajaja! Ya, ya sé que parece broma, pero tiene su explicación lógica. Yo creo −y esto no es más que una opinión personal, ojo− que los escritores escribimos con el ánimo de que otros nos lean. Está claro que nos gusta verter nuestras filias y nuestras fobias sobre el papel, pero también nos encanta compartirlas con otras personas. Sobre todo, con auténticos desconocidos. Cada escritor atesora un exhibicionista dentro de sí. De hecho, yo diría que todos los seres humanos tenemos uno. Los famosos quince minutos de gloria a los que se refería Andy Warhol, ya sabes.
2. ¿Cómo ha sido, hasta ahora, tu experiencia en el mundo editorial?
De entrada, mi experiencia con el mundo editorial se divide en dos vertientes. O bien formando parte de obras colectivas −antologías de varios autores, revistas en papel o en formato electrónico, etc− o bien como autora en solitario. En ambos casos, debo decir que ha habido de todo, especialmente en lo que respecta al acabado de las obras y el pago de derechos de autor... Pero creo que estoy respondiendo a tu pregunta por el final, porque imagino que lo primero que quieres saber es cuánto tiempo, esfuerzo, dinero, etc, me ha costado publicar mis libros. Vamos por partes, como diría Jack el Destripador:
Yo nunca he pagado por publicar. He cobrado por hacerlo, pero nunca he invertido mi propio dinero para ver mis textos impresos. Va contra mi forma de concebir la literatura, lo siento. Tampoco pago para ejercer mi trabajo. Como creadora, yo estoy ofreciendo un producto que me ha costado tiempo y esfuerzo, así que espero que otros inviertan en él. Ojo, eso me hace tener muy claro que hay otras personas que están apostando sus cuartos en mí, de manera que contribuyo no solo haciendo mi trabajo, que es escribir, sino también en la difusión de mi obra. Es decir, para mí publicar es una empresa de dos partes, autor y editorial, en la que ambos apuestan por un producto, cada uno en sus diferentes fases.
Respecto al tiempo y al esfuerzo, he de reconocer que he tenido bastante suerte. No he recibido demasiados rechazos editoriales... Pero los he recibido, como todo hijo de vecino. Y es normal. Incluso saludable, porque hasta que una comprende a qué nicho de mercado se dirige, y quiénes son los que apuestan por él, es lógico errar el tiro y presentar textos a editoriales que no están interesadas en obras/ autores como tú.
3. ¿Dónde buscas la inspiración para tus obras?
En la vida cotidiana, sin duda alguna. Las noticias, la música, otras obras artísticas −cine y literatura, sí, pero también escultura, pintura, incluso arquitectura− Yo diría que soy una escritora que parte del detalle pequeño. Una estrofa de una canción dio lugar a mi segunda novela; la primera surgió de una escena de Plegarias atendidas, la última obra de Truman Capote. Tengo relatos sobre edificios en ruinas que vi durante unas vacaciones, sobre brevísimas noticias de sucesos que leí una vez en el periódico... También me gusta mucho imaginar historias en torno a personas que me cruzo por la calle, o que veo en el autobús. De hecho, en mi ordenador guardo una carpeta con descripciones de gente que he visto una vez en mi vida, a la espera de incluirles dentro de alguna narración.
4. ¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela?
Yo no elijo la extensión de mis textos. Hay historias que necesitan explayarse, y otras se desenvuelven a la perfección en menos de treinta páginas. Me gusta jugar con el microrrelato −publiqué en formato digital una antología llamada Circo de pulgas (Ediciones Efímeras, 2011) en esta línea− e incluso con el nanorrelato tamaño twitt, de 140 caracteres. Lo normal es que alterne unos con otros, según se me ocurren. Soy un poco caótica, lo reconozco.
5. ¿Cuánto te han influenciado tus estudios y /o tu profesión a la hora de escribir?
Bueno, creo que sería más apropiado hacer esta pregunta a mis lectores, porque para mí es difícil distanciarme lo suficiente de mis textos para responderte... Pero lo voy a intentar, hombre.
Creo que estaría muy perjudicada si no me hubieran influido. Mi formación académica como Doctor en Psicología y mi ejercicio como profesora universitaria son un marco de referencia muy fuerte para entender el mundo. Eso no significa que vaya por la calle analizando cada palabra que me dirigen −no estoy tan afectada, tranquilo− pero sí creo que se aprecia en mi forma de construir personajes, en mi obsesión por la coherencia entre sus acciones, y por supuesto en mi forma de volver una y otra vez a temas como la identidad, el autoengaño, la crueldad o la hipocresía.
6. ¿No crees que actualmente se enfoca demasiado la carrera de escritor hacia la consecución del éxito editorial, sacrificando incluso la calidad literaria?
Lo que creo es que aquí puedo opinar bastante poco, porque aunque ya tenga un cierto nombre dentro del terror fosco español −lo cual tampoco es decir gran cosa, por mucho que nos pongamos− yo no me dedico de forma profesional a la escritura. Tengo un trabajo que me satisface enormemente en el mundo de la docencia y escribir es mi hobby. Eso no significa que lo haga gratis o de mala manera, sino simplemente que no estoy en esa carrera por el éxito editorial. Que no me importaría conseguirlo −léase, me encantaría− pero no a costa de hacer algo con lo que no me sienta implicada. Y lo digo por experiencia, porque estuve a punto de entrar en un proyecto literario “a demanda”... Y no fui capaz de llevarlo a buen puerto. En su momento sentí un puntito de culpa, no te creas, pero con el tiempo he ido entendiendo que yo escribo lo que quiero escribir. Y la única forma de que salga adelante es haciéndolo muy muy bien.
7. ¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar?
¡Ya me gustaría tener esa rutina! Mi rutina está en mi trabajo −que no es nada rutinario, por cierto− y en mi día a día como madre de un niño pequeño, al que hay que vestir, dar de comer, llevar y traer del colegio, del médico, del parque... ¿Quieres más rutinas, jajaja? No, no, yo escribo después de todo eso. De madrugada, cuando no estoy muerta de sueño, cuando no tengo que hacer nada con urgencia para el día siguiente. O en la peluquería, mientras sube el tinte. O en la sala de espera del pediatra −si el niño no reclama mucho− Y sobre todo en vacaciones y fiestas de guardar, como buen hobby.
En serio, pensar en escribir todos los días de tal hora a tal otra me suena tan bien que es casi pornográfico.
8. ¿Hay algún manuscrito que guardes en un cajón porque aún no lo consideres suficientemente bueno?
¿Alguno, dices? ¡Un montón! Para que te hagas una idea, últimamente me asedia la “maldición de las 50 páginas”. Dicho de otro modo: ya van dos novelas que dejo plantadas alrededor de esa extensión. Cuentos inconclusos, recopilatorios a medio hacer... Y otro par de novelas de adolescencia completamente terminadas que no me decido a borrar por si algún día me da la vena y les hago un lifting en condiciones.
9. Algo que puedas contar sobre tu último proyecto literario...
Que es lo más bestia que he escrito hasta ahora. Y digo “que he escrito hasta ahora” porque estoy segura de que hay muchos autores bastante más brutos que yo −desde el cariño, siempre− en temas de sexo y violencia explícitos, pero justo ahí es donde me estoy moviendo ahora. Y me lo estoy pasando pipa, por cierto. Espero no tener que lamentarlo a la hora de encontrar editor.
10. ¿Qué libro rescatarías a toda costa de tu biblioteca?
¿Te refieres a mi top-ten de autores favoritos? Ufff, a ver... Ahora mismo tengo lo que yo llamo mi Santísima Trinidad −aunque igual ellos preferirían que los considerase “Satanísimas Majestades”− que son tres yankis cuyo nivel literario me gustaría alcanzar algún día, aunque sea por abajo: Tom Spanbauer, Truman Capote y Paul Auster. ¿Te vale con que rescate la obra de los tres al completo, o quieres títulos concretos? Venga, vale, me mojo: El hombre que se enamoró de la luna, Música para camaleones y Un hombre en la oscuridad. Por decir los que más más más me han impactado, ¿eh?, pero ya te digo que de mayor quiero ser como ellos. En lo literario, al menos.
11. ¿Permitirías que adaptasen alguna de tus obras al cine? ¿Alguna en especial?
¡De mil amores, tío! Es más, normalmente suelo fantasear con los actores y actrices que representarían a los personajes de mis novelas, porque a veces me ayuda incluso a imaginar algunas escenas, tonos de voz, etc. Todas, en serio, me gustaría ver todas en la gran pantalla.
Soy una insensata, lo sé.
12. ¿En qué personaje literario te reeencarnarías?
¡Ida Richelieu! Madame de burdel y puta ella misma, alcaldesa, escritora de diarios íntimos y antigua panadera en Excellent, Idaho, donde se desarrolla la historia de El hombre que se enamoró de la luna. Ya, ya, no es tan conocida como La Regenta o Madame Bovary, pero te aseguro que mola mucho más que las dos juntas.
13. ¿Con qué escritor te gustaría coincidir en un ascensor? ¿Qué le preguntarías?
En un ascensor... Sería un puntazo coincidir con Proust: seguro que le entraba un ataque de claustrofobia, jeje. No, ahora en serio. Creo que me gustaría coincidir con Julio Verne, fíjate. Me encantaría saber qué opina de los viajes a la luna, de las exploraciones abisales, de las tuneladoras, de...
14. Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística?
Estoy entrenándome en el noble arte de la ubicuidad, pero aún no he pasado del primer nivel. Lleva tiempo conseguir el don, me han dicho. Pero entreno duro, ¿eh?
15. ¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar?
Jajaja, sí, creo que sí: me encantaría matricularme en los cursos de escritura que imparte Spanbauer en Idaho. Aquí al lado, vamos. Y en mi lengua materna, como quien dice. Se lo voy a pedir a los Reyes Magos, a ver si cuela.
La autora que inaugura oficialmente la sección es Nuria Botey. Cuentista de pro, como así atestiguan los numerosos premios y otros reconocimientos que lleva acumulando desde hace más de una década, también ha practicado la novela (aunque bajo seudónimo); y la razón de ser quien rompe el hielo radica en que ha publicado recientemente con la editorial Saco de Huesos una antología, con lo más granado de sus relatos: Vosotros justificáis mi existencia. Así pues, y sin más dilación, os dejo con las respuestas al cuestionario.
1. Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo?
¡El ego, jajaja! Ya, ya sé que parece broma, pero tiene su explicación lógica. Yo creo −y esto no es más que una opinión personal, ojo− que los escritores escribimos con el ánimo de que otros nos lean. Está claro que nos gusta verter nuestras filias y nuestras fobias sobre el papel, pero también nos encanta compartirlas con otras personas. Sobre todo, con auténticos desconocidos. Cada escritor atesora un exhibicionista dentro de sí. De hecho, yo diría que todos los seres humanos tenemos uno. Los famosos quince minutos de gloria a los que se refería Andy Warhol, ya sabes.
2. ¿Cómo ha sido, hasta ahora, tu experiencia en el mundo editorial?
De entrada, mi experiencia con el mundo editorial se divide en dos vertientes. O bien formando parte de obras colectivas −antologías de varios autores, revistas en papel o en formato electrónico, etc− o bien como autora en solitario. En ambos casos, debo decir que ha habido de todo, especialmente en lo que respecta al acabado de las obras y el pago de derechos de autor... Pero creo que estoy respondiendo a tu pregunta por el final, porque imagino que lo primero que quieres saber es cuánto tiempo, esfuerzo, dinero, etc, me ha costado publicar mis libros. Vamos por partes, como diría Jack el Destripador:
Yo nunca he pagado por publicar. He cobrado por hacerlo, pero nunca he invertido mi propio dinero para ver mis textos impresos. Va contra mi forma de concebir la literatura, lo siento. Tampoco pago para ejercer mi trabajo. Como creadora, yo estoy ofreciendo un producto que me ha costado tiempo y esfuerzo, así que espero que otros inviertan en él. Ojo, eso me hace tener muy claro que hay otras personas que están apostando sus cuartos en mí, de manera que contribuyo no solo haciendo mi trabajo, que es escribir, sino también en la difusión de mi obra. Es decir, para mí publicar es una empresa de dos partes, autor y editorial, en la que ambos apuestan por un producto, cada uno en sus diferentes fases.
Respecto al tiempo y al esfuerzo, he de reconocer que he tenido bastante suerte. No he recibido demasiados rechazos editoriales... Pero los he recibido, como todo hijo de vecino. Y es normal. Incluso saludable, porque hasta que una comprende a qué nicho de mercado se dirige, y quiénes son los que apuestan por él, es lógico errar el tiro y presentar textos a editoriales que no están interesadas en obras/ autores como tú.
3. ¿Dónde buscas la inspiración para tus obras?
En la vida cotidiana, sin duda alguna. Las noticias, la música, otras obras artísticas −cine y literatura, sí, pero también escultura, pintura, incluso arquitectura− Yo diría que soy una escritora que parte del detalle pequeño. Una estrofa de una canción dio lugar a mi segunda novela; la primera surgió de una escena de Plegarias atendidas, la última obra de Truman Capote. Tengo relatos sobre edificios en ruinas que vi durante unas vacaciones, sobre brevísimas noticias de sucesos que leí una vez en el periódico... También me gusta mucho imaginar historias en torno a personas que me cruzo por la calle, o que veo en el autobús. De hecho, en mi ordenador guardo una carpeta con descripciones de gente que he visto una vez en mi vida, a la espera de incluirles dentro de alguna narración.
4. ¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela?
Yo no elijo la extensión de mis textos. Hay historias que necesitan explayarse, y otras se desenvuelven a la perfección en menos de treinta páginas. Me gusta jugar con el microrrelato −publiqué en formato digital una antología llamada Circo de pulgas (Ediciones Efímeras, 2011) en esta línea− e incluso con el nanorrelato tamaño twitt, de 140 caracteres. Lo normal es que alterne unos con otros, según se me ocurren. Soy un poco caótica, lo reconozco.
5. ¿Cuánto te han influenciado tus estudios y /o tu profesión a la hora de escribir?
Bueno, creo que sería más apropiado hacer esta pregunta a mis lectores, porque para mí es difícil distanciarme lo suficiente de mis textos para responderte... Pero lo voy a intentar, hombre.
Creo que estaría muy perjudicada si no me hubieran influido. Mi formación académica como Doctor en Psicología y mi ejercicio como profesora universitaria son un marco de referencia muy fuerte para entender el mundo. Eso no significa que vaya por la calle analizando cada palabra que me dirigen −no estoy tan afectada, tranquilo− pero sí creo que se aprecia en mi forma de construir personajes, en mi obsesión por la coherencia entre sus acciones, y por supuesto en mi forma de volver una y otra vez a temas como la identidad, el autoengaño, la crueldad o la hipocresía.
6. ¿No crees que actualmente se enfoca demasiado la carrera de escritor hacia la consecución del éxito editorial, sacrificando incluso la calidad literaria?
Lo que creo es que aquí puedo opinar bastante poco, porque aunque ya tenga un cierto nombre dentro del terror fosco español −lo cual tampoco es decir gran cosa, por mucho que nos pongamos− yo no me dedico de forma profesional a la escritura. Tengo un trabajo que me satisface enormemente en el mundo de la docencia y escribir es mi hobby. Eso no significa que lo haga gratis o de mala manera, sino simplemente que no estoy en esa carrera por el éxito editorial. Que no me importaría conseguirlo −léase, me encantaría− pero no a costa de hacer algo con lo que no me sienta implicada. Y lo digo por experiencia, porque estuve a punto de entrar en un proyecto literario “a demanda”... Y no fui capaz de llevarlo a buen puerto. En su momento sentí un puntito de culpa, no te creas, pero con el tiempo he ido entendiendo que yo escribo lo que quiero escribir. Y la única forma de que salga adelante es haciéndolo muy muy bien.
7. ¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar?
¡Ya me gustaría tener esa rutina! Mi rutina está en mi trabajo −que no es nada rutinario, por cierto− y en mi día a día como madre de un niño pequeño, al que hay que vestir, dar de comer, llevar y traer del colegio, del médico, del parque... ¿Quieres más rutinas, jajaja? No, no, yo escribo después de todo eso. De madrugada, cuando no estoy muerta de sueño, cuando no tengo que hacer nada con urgencia para el día siguiente. O en la peluquería, mientras sube el tinte. O en la sala de espera del pediatra −si el niño no reclama mucho− Y sobre todo en vacaciones y fiestas de guardar, como buen hobby.
En serio, pensar en escribir todos los días de tal hora a tal otra me suena tan bien que es casi pornográfico.
8. ¿Hay algún manuscrito que guardes en un cajón porque aún no lo consideres suficientemente bueno?
¿Alguno, dices? ¡Un montón! Para que te hagas una idea, últimamente me asedia la “maldición de las 50 páginas”. Dicho de otro modo: ya van dos novelas que dejo plantadas alrededor de esa extensión. Cuentos inconclusos, recopilatorios a medio hacer... Y otro par de novelas de adolescencia completamente terminadas que no me decido a borrar por si algún día me da la vena y les hago un lifting en condiciones.
9. Algo que puedas contar sobre tu último proyecto literario...
Que es lo más bestia que he escrito hasta ahora. Y digo “que he escrito hasta ahora” porque estoy segura de que hay muchos autores bastante más brutos que yo −desde el cariño, siempre− en temas de sexo y violencia explícitos, pero justo ahí es donde me estoy moviendo ahora. Y me lo estoy pasando pipa, por cierto. Espero no tener que lamentarlo a la hora de encontrar editor.
10. ¿Qué libro rescatarías a toda costa de tu biblioteca?
¿Te refieres a mi top-ten de autores favoritos? Ufff, a ver... Ahora mismo tengo lo que yo llamo mi Santísima Trinidad −aunque igual ellos preferirían que los considerase “Satanísimas Majestades”− que son tres yankis cuyo nivel literario me gustaría alcanzar algún día, aunque sea por abajo: Tom Spanbauer, Truman Capote y Paul Auster. ¿Te vale con que rescate la obra de los tres al completo, o quieres títulos concretos? Venga, vale, me mojo: El hombre que se enamoró de la luna, Música para camaleones y Un hombre en la oscuridad. Por decir los que más más más me han impactado, ¿eh?, pero ya te digo que de mayor quiero ser como ellos. En lo literario, al menos.
11. ¿Permitirías que adaptasen alguna de tus obras al cine? ¿Alguna en especial?
¡De mil amores, tío! Es más, normalmente suelo fantasear con los actores y actrices que representarían a los personajes de mis novelas, porque a veces me ayuda incluso a imaginar algunas escenas, tonos de voz, etc. Todas, en serio, me gustaría ver todas en la gran pantalla.
Soy una insensata, lo sé.
12. ¿En qué personaje literario te reeencarnarías?
¡Ida Richelieu! Madame de burdel y puta ella misma, alcaldesa, escritora de diarios íntimos y antigua panadera en Excellent, Idaho, donde se desarrolla la historia de El hombre que se enamoró de la luna. Ya, ya, no es tan conocida como La Regenta o Madame Bovary, pero te aseguro que mola mucho más que las dos juntas.
13. ¿Con qué escritor te gustaría coincidir en un ascensor? ¿Qué le preguntarías?
En un ascensor... Sería un puntazo coincidir con Proust: seguro que le entraba un ataque de claustrofobia, jeje. No, ahora en serio. Creo que me gustaría coincidir con Julio Verne, fíjate. Me encantaría saber qué opina de los viajes a la luna, de las exploraciones abisales, de las tuneladoras, de...
14. Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística?
Estoy entrenándome en el noble arte de la ubicuidad, pero aún no he pasado del primer nivel. Lleva tiempo conseguir el don, me han dicho. Pero entreno duro, ¿eh?
15. ¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar?
Jajaja, sí, creo que sí: me encantaría matricularme en los cursos de escritura que imparte Spanbauer en Idaho. Aquí al lado, vamos. Y en mi lengua materna, como quien dice. Se lo voy a pedir a los Reyes Magos, a ver si cuela.
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