Aunque soy de la opinión de que, al embarcarte en un proyecto, hay que mantener la mirada fija y no perder nunca de vista el objetivo, resulta complicado sustraerse a las distracciones. En mi caso, el proyecto de "La Tierra Asediada" ha sufrido recientemente un ligero abandono.
La culpa de todo ello ha estado en las variadas convocatorias que se han promovido en las últimas semanas, las cuales me han resultado demasiado atrayentes como para no prestarles atención. ¿Cómo podría, si las temáticas parecían pensadas "ex-profeso" para que yo participase? En primer lugar, un certamen dedicado al Steampunk, que parece ser el género de moda de este año; y después, varios concursos proponiendo que se revisiten cuentos clásicos (corriente en la que también ando inmerso, en un proyecto que mantengo en segundo plano).
Además, todas las convocatorias estaban centradas en el formato del relato corto, una distancia en la que me manejo con bastante soltura (y, en opinión de alguna de mis amistades, debería de centrarme de forma definitiva). Lo cierto es que la extensión media de mis relatos está en torno a las 600-1200 palabras (aunque en otras ocasiones la historia se alargue más), y me resulta muy cómodo de escribir porque se ciñe a un axioma que cada vez intento llevar más a rajatabla: centrarme en la historia, sin necesidad de florituras ni perderme en divagaciones. Y, por contradictorio que parezca, también es el formato en el que luego recibo críticas del estilo "es buena, pero ojalá te hubieses extendido más", sobre todo en los concursos de foros en que el relato está abierto a la lectura y la crítica, que yo suelo achacar también a la tendencia a ocupar todo el espacio permitido en las bases. Tras el éxito con mi participación en "El libro de los monstruos" (del que espero dar noticias en breve), la verdad es que he tenido muchos más ánimos a la hora de valorar si debería realizar el esfuerzo o no. Ojalá que pueda ir informando de sucesivos éxitos al respecto...
Por último, también quería comentar mi nueva progresión en el mundillo de escritores y blogueros: me han aceptado en la Revista Digital "¡No lo leas!" como redactor. En principio colaboraré con relatos de forma esporádica, pero nunca me cansaré de comentar cuánto me gusta este tipo de oportunidades, sobre todo por lo que me recuerda a la dorada época de las revistas pulp, y por la exigencia de calidad que te obliga a realizar al coger la pluma.
La culpa de todo ello ha estado en las variadas convocatorias que se han promovido en las últimas semanas, las cuales me han resultado demasiado atrayentes como para no prestarles atención. ¿Cómo podría, si las temáticas parecían pensadas "ex-profeso" para que yo participase? En primer lugar, un certamen dedicado al Steampunk, que parece ser el género de moda de este año; y después, varios concursos proponiendo que se revisiten cuentos clásicos (corriente en la que también ando inmerso, en un proyecto que mantengo en segundo plano).
Además, todas las convocatorias estaban centradas en el formato del relato corto, una distancia en la que me manejo con bastante soltura (y, en opinión de alguna de mis amistades, debería de centrarme de forma definitiva). Lo cierto es que la extensión media de mis relatos está en torno a las 600-1200 palabras (aunque en otras ocasiones la historia se alargue más), y me resulta muy cómodo de escribir porque se ciñe a un axioma que cada vez intento llevar más a rajatabla: centrarme en la historia, sin necesidad de florituras ni perderme en divagaciones. Y, por contradictorio que parezca, también es el formato en el que luego recibo críticas del estilo "es buena, pero ojalá te hubieses extendido más", sobre todo en los concursos de foros en que el relato está abierto a la lectura y la crítica, que yo suelo achacar también a la tendencia a ocupar todo el espacio permitido en las bases. Tras el éxito con mi participación en "El libro de los monstruos" (del que espero dar noticias en breve), la verdad es que he tenido muchos más ánimos a la hora de valorar si debería realizar el esfuerzo o no. Ojalá que pueda ir informando de sucesivos éxitos al respecto...
Por último, también quería comentar mi nueva progresión en el mundillo de escritores y blogueros: me han aceptado en la Revista Digital "¡No lo leas!" como redactor. En principio colaboraré con relatos de forma esporádica, pero nunca me cansaré de comentar cuánto me gusta este tipo de oportunidades, sobre todo por lo que me recuerda a la dorada época de las revistas pulp, y por la exigencia de calidad que te obliga a realizar al coger la pluma.
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