Teniendo en cuenta que no soy muy dado a triunfalismos de ninguna clase, es posible que tras leer el artículo haya quien considere que el título resulta excesivamente optimista. Que no hay para tanto, vamos. Por mi parte, prefiero pensar que sólo estoy siendo razonablemente iluso.
La primera noticia de ese Progreso Profesional se fraguó a finales del año pasado. Al tiempo que aguardaba alguna oferta editorial por "Umbrales", me surgió la oportunidad de contactar con una agencia literaria que trabaja con temática "adultescente" e infantil. Si leéis este blog, probablemente sabéis que lo de tener agente era una idea que me rondaba desde hace bastante tiempo. Sin embargo, mi primera intentona (al poco de acabar "Umbrales") chocó contra la condición "sine qua non" que se me imponía: la obra no podía haber sido enviada a ninguna editorial (lo cual, para mi desgracia, ya había hecho).
imagen de Raphael-Lacoste
Podéis imaginar mi alegría cuando me llegó la propuesta, y no hubo ninguna restricción. Nada a lo que pudiera encontrarle una pega. Lo que me ofrecían era justo lo que buscaba (sobre todo, poner en manos de alguien con más experiencia y conocimiento que yo el trato con las editoriales). Así que me decidí a firmar el contrato con Book149, y desde este mes de Enero he pasado a ser un escritor "con agente". Lo cual, no lo voy a negar, me ha hecho sentir bastante feliz.
El segundo detalle que quiero exponer tiene que ver directamente con este reto/chaladura/desafío que me he planteado (sí, sí, yo solito) con la saga de "Umbrales". Y es que, tras varios meses de parón, parece que he recuperado la inspiración. O, más bien, he logrado engrasar mi rutina de escribir. Lo cierto es que tanto la sinopsis general como la trama principal las tenía concretada desde el año pasado, pero por alguna razón estaba empeñado en redactar ciertos pasajes que tenía poco definidos. Ya he comentado varias veces que yo no escribo las novelas de forma lineal, si no que voy pasando de una parte del texto a otra según las voy pudiendo "visualizar" en mi cabeza. Pese a ello, y por alguna maligna conjunción planetaria, con este libro me enfangué al querer escribir los primeros capítulos en orden. A lo cual se ha añadido una excesiva obsesión por tener cerrado cada fleco de la trama, lo cual tampoco ha ayudado demasiado.
Todo ello me ha hecho ver con claridad que necesito un marco flexible en el que trabajar y que, aunque es bueno caminar con un "mapa", no es necesario que se trate de uno hiperdetallado. Mi atasco estuvo provocado justo por eso. Porque estos últimos días me he centrado en otros elementos de la trama que estaban mucho más nítidos en mi mente, y el borrador ha avanzado sin problemas. Aunque también es cierto que este bloqueo no ha afectado a todo el proyecto, puesto que he acumulado páginas y páginas de notas sobre ambientación, variables de la trama, y en general ideas a las que buscarle acomodo en alguno de los libros de la saga.
Así pues, y haciendo una previsión de futuro cargada de ilusión, creo que a mediados del verano ya tendré un borrador acabado de la primera secuela (a este ritmo debería terminarlo para Mayo, pero mis cálculos suelen quedarse cortos y al menos debería pasar por una reescritura). Y si la fortuna me sonríe un poco (confío en ti, Nadia), hasta puede que ya tenga una oferta para publicar "Umbrales".
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