El curioso título del post de hoy está relacionado con mi anterior artículo. Lo escribo para darme ánimos y, de alguna manera, autoconvencerme de que la peregrina idea que voy a exponer es cierta.
El hecho es que, tal y como comenté hace una semana, he vuelto a escribir con regularidad. De nuevo abro la Moleskine que elegí para contener el manuscrito de mi próxima novela, y de nuevo consigo que la pluma corra sobre el papel pautado. Las escenas han empezado a acumularse. Los personajes han salido de la hibernación. Hace siete días, hablaba "con la boca pequeña" de mi retorno a la rutina de escribir. Hoy, quiero creerme que la bola ha empezado a rodar y que podré continuar hasta que el manuscrito esté acabado.
Decir que ya tengo más de veinte páginas escritas no parece mucho, sobre todo cuando la previsión es rondar las trescientas (el valor es relativo, pues una página escrita a mano en un cuaderno no se ajusta a una página impresa). Sin embargo, supone que he doblado el volumen de texto escrito en menos de una semana. Y, como digo, lo más importante ha sido constatar que sí he recuperado el hábito de escribir a diario. Así pues, parece que hay buenas expectativas para la primera secuela de "La Tierra Asediada". Y para aquellos que leyeron el avance de "Umbrales" durante el año pasado y se unieron al sueño de verla publicada. Yo estoy más que dispuesto a creérmelo.
Decir que ya tengo más de veinte páginas escritas no parece mucho, sobre todo cuando la previsión es rondar las trescientas (el valor es relativo, pues una página escrita a mano en un cuaderno no se ajusta a una página impresa). Sin embargo, supone que he doblado el volumen de texto escrito en menos de una semana. Y, como digo, lo más importante ha sido constatar que sí he recuperado el hábito de escribir a diario. Así pues, parece que hay buenas expectativas para la primera secuela de "La Tierra Asediada". Y para aquellos que leyeron el avance de "Umbrales" durante el año pasado y se unieron al sueño de verla publicada. Yo estoy más que dispuesto a creérmelo.
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