(Reseña previamente publicada en Melibro)
En Febrero de 1945 Kurt Vonnegut era prisionero de guerra del ejército alemán y, como tal, había sido enviado a realizar “trabajos forzados” a la ciudad de Dresde. Y allí, encerrado en un sótano, fue uno de los afortunados que sobrevivió a los dos días de bombardeos que arrasaron la “Florencia del Elba”.
“Matadero Cinco” se publicó en 1969, pero el cuasi-cómico capítulo que da inicio a la novela, a lo largo del cual Vonnegut bromea sobre todo el tiempo que la obra fue “un libro en proyecto”, puede tomarse como referencia de cuánto le influyó el Bombardeo de Dresde en su vida y la necesidad que tuvo de hablar sobre ello. Además, y esto es una apreciación personal, estoy seguro de que realmente le supuso un gran desafío a nivel de técnica literaria desarrollar la estructura de la novela.
La novela cuenta la historia de Billy Pilgrim. Y su historia es una confesión. Un monólogo reescrito por el autor para relatar de forma intimista la vida del personaje, mediatizado por la peculiar forma en que percibe el transcurrir del tiempo. Y es que Billy Pilgrim descubre que su mente es capaz de desplazarse en el tiempo y el espacio hacia las versiones más viejas o jóvenes de él mismo. Así que, en cualquier momento, abandona su cuerpo y “revive” (o “previve”) algún evento de su vida. Por si esto fuera poco para hacer su existencia compleja, también será abducido por la raza extraterrestre de los Tralfamadorianos. De los cuales aprenderá que su talento no es único, y a aceptar tanto la inmutabilidad del devenir como la perpetua existencia de todos a través de la percepción en cuatro dimensiones. Este aspecto de la narración resulta un tanto contradictorio. Los Tralfamadorianos conocen las causas del fin del mundo, pero consideran que tal hecho es inevitable desde su perspectiva cuatridimensional en la que toda la línea temporal de la existencia ya está escrita (lo cual lleva a la negación del libre albedrío). Pero, al tiempo, esa capacidad para ubicarse en un momento escogido de la línea temporal tiene un componente optimista al hacer que no consideren la muerte como algo definitivo. Para ellos, cualquier ser sigue vivo aún “después” de su muerte.
Narrada en un formato “tradicional”, la vida de Billy Pilgrim es la de un soldado que sobrevivió a un bombardeo de proporciones bíblicas, volvió a su país para hacer fortuna y dedicó los últimos años de vida a compartir con los demás las enseñanzas que le transmitieron sus captores alienígenas. Un argumento casi vanal, pero que resulta deslumbrante al desarrollarlo mediante esta percepción pluritemporal del protagonista. Buscando una analogía que ayude a comprender este fenómeno, no veo otra mejor ni más próxima que el Dr. Manhattan de Watchmen. Los lectores del cómic sabrán visualizar claramente esa existencia simultánea en cada instante de la vida.
Gracias a esta estructura cambiante, comprendemos mejor a Billy Pilgrim. Detalles del pasado aclaran reacciones del futuro. Anuncios sobre el porvenir nos hacen preguntarnos cómo ocurrirá tal cosa. Y, por encima de todo, cruce por el que han de transcurrir todos esos caminos, la experiencia vivida en la Segunda Guerra Mundial. Esa sinrazón que tanto le marcó y contra la cual dispone una imponente imagen poética: el bombardeo como una película vista hacia atrás, en que los aviones convierten un terreno devastado en casas y ciudades a medida que atraen las bombas hacia sí y las devuelven a sus bodegas. En contraposición con los fragmentos que recuperan esos trágicos momentos, el resto de la vida del protagonista (aún teñida de tristeza y melancolía) resulta casi balsámica. Y es que la parte dedicada a la abducción tiene visos de humor absurdo, así como el tiempo dedicado a recuperarse de un accidente.
Catalogar la obra como ficción (o ciencia-ficción) deja un amplio espectro de detalles por abarcar. ¿Apología antibelicista con elementos fantásticos? Probablemente sea más acertada. Igual cabe señalar que la polémica en torno al Bombardeo de Dresde (la cantidad de bajas civiles, la destrucción de su centro histórico, la necesidad del mismo bombardeo) ha ido unida a esta novela hasta el punto de intentar aplicarle la censura en USA. En cualquier caso, tanto por sus contenidos como por la admirable complicación técnica de su estructura, una obra que añadir a la lista de lectura de cualquiera.
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