Quien lleve tiempo leyendo este blog sabe que no soy muy dado a las diatribas sobre asuntos de mi intimidad personal. Sin embargo, como este está resultando un muy crudo invierno a todos los niveles, quiero compartir alguna buena noticia para así irme dando ánimos a mí mismo.
En primer lugar, ya hace un año desde que se puso a la venta de forma oficial en tiendas "El secreto de los dioses olvidados". Según los datos de Fantasymundo, el 15 de Febrero de 2010 debería considerarse el de su puesta de largo. Así que quizá va siendo el momento de añadirla al calendario para ir celebrando los aniversarios como autor publicado.
Por otro lado, he empezado a escribir las primeras páginas de la secuela de mi última novela (demasiados adjetivos antónimos en esta frase, ¿eh?). Por ahí he comentado ya que lo veía como un desafío muy grande, tanto en el tiempo que me iba a consumir desarrollar la historia como por el reto de mantener el interés de los lectores novela a novela. Y teniendo en cuenta que el "Libro I" aún no ha encontrado acomodo en ninguna editorial, todo el conjunto conserva la aureola de "proyecto sin confirmación". Pero al menos he vuelto a centrarme en la escritura, lo cual supone una bocanada de aire fresco después de varios meses de inactividad.
Puede que no parezca un gran conjunto de buenas noticias, pero tal y como está comenzando el 2011 creedme cuando os confieso que son de las mejores razones que encuentra un servidor para no quedarse tumbado en el sofá por las tardes.
Bueno, y por aquello de que la nota no suene tanto a nota trágica de escritor romántico del XIX, ahí va algo menos melodramático.
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