A principios de este año, la Escuela de Fantasía convocó un concurso de relatos cortos con una temática muy particular: los monstruos. En 2000 palabras como máximo había que crear una versión personal de alguno de esos seres terribles que pueblan el folclore, que luego pasaría a formar parte de una recopilación. Reconozco que, durante muchos días, el concurso estuvo en mi lista de "posibles participaciones", sin que fuera capaz de concretar ninguna idea con la que decidirme a coger el bolígrafo. Por más que repasaba los bestiarios medievales, no encontraba la inspiración necesaria. ¿La sierpe? ¿Una ondina? ¿Qué idea original podía aportar a la naturaleza de esas criaturas?
Sin embargo, la fortuna vino en mi ayuda y quiso la suerte que por entonces estuviera leyendo "The Wee Free Men". Y mientras le daba vueltas a mi reseña sobre el libro, la peculiar manera de entender a las brujas de Terry Pratchett me trajo lo que estaba buscando con tantas ganas: La imagen de la bruja como una criatura que aterra por lo que es capaz de hacer, para bien o para mal. Y cómo se rige el comportamiento de los demás en relación a eso. Para hacer honor al carácter del personaje, y al propio tema de la convocatoria, le di un tono muy oscuro y opresivo. Y lo mandé a Escuela de Fantasía, cruzando los dedos de paso.
Para mi satisfacción, a primeros de Mayo me llegó un mensaje para informarme de que era uno de los afortunados ganadores de un puesto en la recopilación de relatos. Y justo el próximo 30 de Junio,en el pueblo de Pedrezuela, se presentará "El Libro de los Monstruos" a partir las 21:30 en La Vaquería (C/ Las Eras, 29), dentro de las actividades de las I Jornadas de la escuela.
Por desgracia, dudo que la organización me permita darme un chute de vanidad e intervenir en el acto. Sin embargo, espero que tengan disponibles ejemplares en papel para poder llevarme alguno a casa. Y si alguno de los lectores de este blog acude al evento, ya saben... el tipo raro que intenta subirse al estrado soy yo.
Sin embargo, la fortuna vino en mi ayuda y quiso la suerte que por entonces estuviera leyendo "The Wee Free Men". Y mientras le daba vueltas a mi reseña sobre el libro, la peculiar manera de entender a las brujas de Terry Pratchett me trajo lo que estaba buscando con tantas ganas: La imagen de la bruja como una criatura que aterra por lo que es capaz de hacer, para bien o para mal. Y cómo se rige el comportamiento de los demás en relación a eso. Para hacer honor al carácter del personaje, y al propio tema de la convocatoria, le di un tono muy oscuro y opresivo. Y lo mandé a Escuela de Fantasía, cruzando los dedos de paso.
Por desgracia, dudo que la organización me permita darme un chute de vanidad e intervenir en el acto. Sin embargo, espero que tengan disponibles ejemplares en papel para poder llevarme alguno a casa. Y si alguno de los lectores de este blog acude al evento, ya saben... el tipo raro que intenta subirse al estrado soy yo.
