jueves, 3 de marzo de 2016

"Tierras Rojas" de Joe Abercrombie

Después de un año en la pila de lecturas pendientes le ha llegado el turno a esta novela, en el que ha sido mi primer contacto con el genio de Abercrombie. Y de nuevo (como en el caso de Alif, el Invisible), ha sido un muy grato encuentro, propiciado por la selección de libros que me traje de la MirCon

Lo primero que saco en claro de la lectura de Tierras Rojas es que la fantasía se ha vuelto sucia. Al igual que hizo la estética de Alien con el aspecto de los personajes y los entornos, está claro que Abercrombie apuesta por protagonistas y paisajes que tienen muy poco del glamour épico que suele considerarse inherente al género. Algo que sorprenderá más a los lectores de la fantasía heroica clásica, pero resultará bastante familiar para los fans de George R.R. Martin. A lo largo del libro vamos conociendo a una larga plantilla de personajes, la totalidad (o casi) de los cuales ocultan secretos de su pasado que van de lo vergonzoso a lo directamente delictivo. Lo mejor que se puede decir de ellos es que son supervivientes; aunque los medio por los que se han procurado su posición, o las cosas (y las personas) que han sacrificado para seguir adelante nos irán dando una idea de su rectitud moral.


Otro aspecto interesante (y es algo que se pone de relevancia en la mayoría de reseñas) es la hibridación de géneros que ha llevado a cabo Abercrombie. Muchas críticas hablan de un western escrito en clave de fantasía. y, desde luego, hay un montón de elementos que nos remiten a ese universo: los fuera de la ley, la fiebre del oro, los salvajes de las praderas, los pioneros... Pero yo no sé si no ha creado un nuevo género: la fantasía crepuscular. No en vano, este universo (que yo lo ignoraba, pero está situado en la trilogía de La primera ley) elucubra con el paso de un mundo heroico y mágico a otro industrializado y domesticado, en el que las hazañas épicas han perdido todo su sentido. Una ambientación propia del western crepuscular que, al menos yo, no recuerdo haber encontrado nunca en ningún otro título del género de fantasía. En cualquier caso, la combinación resulta muy sólida y desde un principio el lector/espectador de ambos géneros se deja llevar por la historia, sonriendo si acaso al descubrir una de esas nuevas mezclas de los dos mundos.

Y a todo esto, ¿cuál es la trama de la novela? Pues una historia de venganza y redención, de personajes que abordan el final de una clase de vida y de otros que dan sus últimos pasos en un universo a punto de cambiar para siempre. La protagonista principal, Shy Sur (el libro tiene varios juegos de palabras con los nombres de los personajes y sus verdaderas idiosincrasias) es una muchacha que intenta olvidar su pasado como forajida; esforzándose por hacer prosperar la granja familiar, situada en territorios fronterizos, mientras el resto del mundo se ha embarcado en una migración masiva provocada por el descubrimiento de oro en las tierras más salvajes. Sin embargo, su intento de vivir en paz se irá al traste el día que encuentra la granja arrasada y descubre que han secuestrado a sus hermanos pequeños. Entonces se embarcará en una larga persecución junto al peón de la granja, Lamb, cuyo misterioso pasado se irá revelando en toda su crudeza a medida que la historia se complica; conociendo a personajes junto a los que enfrentarán los obstáculos del camino, o que pondrán a prueba sus límites en más de un sentido.

El otro "protagonista" de la historia es Temple, un hombre de muchos oficios cuya principal característica es la cobardía, enrolado como abogado de una compañía de soldados mercenarios. Un personaje desdichado por su absoluta consciencia de estar trabajando (y dando legitimidad) a un grupo de seres sanguinarios y avariciosos, tan sólo porque ése es el camino fácil. Porque es mejor estar de su lado a convertirse en su víctima. Por suerte, cuando intente abandonar esa vida y convertirse en alguien mejor, descubriremos que es un pícaro bastante competente (aunque listo para huir a la menor señal de peligro). A través de él, Abercrombie nos presenta la mayoría de ese trasfondo geográfico y político que ha esbozado en la novela, creando la imagen de un mundo inmenso e interrelacionado, del que ya sólo quedan esas Tierras Rojas como pequeño reducto de lo salvaje e indómito.

(mapa de las Tierras Rojas, obra de Dave Senior)

Se me hace complicado hablar más sobre la trama sin añadir detalles que podrían estropear algunos de los giros argumentales de la novela, pero sí quiero hacer referencia a varias de las obras que me han hecho recordar a lo largo de su lectura: Sin perdón (no en vano el libro está dedicado a Clint Eastwood), Valor de LeyDos hombres y un destino, El último hombre, Malditos Bastardos, y alguna más que mi memoria no alcanzó a relacionar con el texto. Además, y aunque esta es una novela autoconclusiva, vuelvo a insistir en que se trata de un pequeño fragmento de un universo mucho más grande. Por eso, no me extrañaría que Abercrombie pudiera volver a fijar su pluma en estas tierras salvajes para ofrecernos otro gran espectáculo. Yo se lo agradecería. Seguro.

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