jueves, 17 de diciembre de 2015

Los "Cuentos Cuánticos" (8)

Continuando con esta particular sección del blog, llegamos hoy al artículo que supone su ecuador. Espero que, hasta ahora, os esté resultando interesante y que la sigáis disfrutando durante los ocho episodios que aún faltan por publicar. En este caso, y para no enredarme por más tiempo en este soliloquio, el relato del que quiero hablar es La sirenita (en la que decidí que sería su versión "de género" más acertada). 

Dado el final trágico de la versión clásica (la sirenita muriendo y transformándose en espuma de mar), era obvio que este cuento no daba pie a pergeñar ningún epílogo que pudiera recuperar a su protagonista. Pero la búsqueda de un género literario en el que encajase su trama resultó de lo más sencillo. Al fin y al cabo, bastó con preguntarme "¿quién podría escribir la historia de un ser que sale de las profundidades del mar y busca el corazón de un hombre?", y la respuesta apareció casi al instante: H. P. Lovecraft

Escribir el relato no fue tan sencillo. En un principio, estuve barruntando la manera de que esta sirenita se ajustase a las características de alguna de las criaturas malévolas, de origen marino, que pueblan los relatos del "genio de Providence". Sin embargo, no había ninguna solución que me dejase satisfecho. Y, de hecho, me temo que el tono del relato sólo se ajustó cuando me senté y empecé a escribir; porque, de forma un tanto inconsciente, aquella historia acabó por recordarme a uno mis relatos favoritos de Lovecraft: El extraño.

También debo reconocer que, más que un relato de terror, en su mayoría se desarrolla bajo un clima de melancolía que impide hacer un paralelismo directo con el autor homenajeado. Pero una vez terminado, me gustaba tanto el resultado que no pude desecharlo; de modo que procuré hacer retoques para acentuar las "pistas" sobre quién había sido mi inspiración. Es por eso que, aunque me alegra leer los comentarios de quienes me dicen que les ha conmovido, en mi interior lamento no haber ofrecido un homenaje mejor a este puntal del terror gótico.

Lo curioso es que se ha convertido también en el relato que, según mi principal "lector beta", marcó un cambio evidente en mi estilo de redacción. A pesar de haber utilizado protagonistas femeninos en otras narraciones, éste le pareció mucho más increíble y consistente. No sólo porque estuviera escribiendo desde su punto de vista si no, también, porque se expresaba de un modo más apropiado. Porque había conseguido meterme en la psicología del personaje y reflejarla en el texto. Algo que, si no me he equivocado, ha colaborado a que el trágico final de la historia halla causado alguna lágrima que otra.

Al igual que otros relatos, y como ya he dicho con anterioridad, el primer borrador no sufrió demasiados cambios después de pasar por los lectores beta. Salvo correcciones de fallos menores, no hubo apenas sugerencias. Aunque, de haber pedido que lo calificasen por su proximidad al ciclo de Los mitos de Cthulhu, es probable que la satisfacción hubiese sido menor...

En cualquier caso, y a pesar de las "carencias" que yo le encuentro, reconozco que le tengo cariño y algún día, en un futuro cercano, espero poder redactar una versión "mejorada", con la que acercarme más al propósito con el que inicié la redacción del manuscrito original.

Y eso es todo por hoy. La próxima semana espero traeros un nuevo artículo para esta sección, e ir afrontando su inevitable final durante el primer trimestre del año que ya casi está aquí.

Un saludo. 



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(Aquellos que vayan a leerlo, tengan en cuenta la prescripción facultativa del autor: para disfrutar los relatos, no lean más de dos al día. Igual que las bolsas de caramelos, si se lo tragan de una sentada es posible que se les empache).

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