jueves, 26 de abril de 2012

Tiramisú entre libros (Abril)

Una vez más, la gente de Tiramisú entre libros ha decidido organizar una quedada en Madrid para endulzarnos la tarde. Por desgracia, planes previos me van a impedir (una vez más) poder participar en el evento, aunque no podía dejar de hacerme eco.
En esta ocasión, el tiramisú debería estar hecho con chocolate amargo. No se me ocurre otra forma de adaptarlo mejor a la temática que han escogido: La Novela Negra. En cualquier caso, el programa de actividades resulta tan extenso como siempre: desde el mediodía hasta las primeras horas de la noche, han organizado presentaciones, tertulias, sorteos y la "obligada" degustación de tiramisú (esta vez no está indicado de forma implícita en su anuncio, así que hemos de darlo por supuesto).


La fecha para esta quedada es el Sábado 28 de Abril, en la FNAC de Castellana. Toda la información sobre los horarios de las distintas actividades podéis consultarla en el blog de la propia organización, a un click.

viernes, 13 de abril de 2012

Cifras Redondas

Reconozco que este es un artículo bastante egoísta. Pero lo hago para darme ánimos, y porque de vez en cuando merece la pena celebrar cosas simples. Creo que es la mejor manera de coger fuerza antes de dar otro paso adelante. La primera cifra redonda corresponde al tiempo que llevo trabajando en este blog. Aproximadamente (día arriba, día abajo), dos años y medio. 30 meses. 900 días. No resulta muy impresionante, si lo comparo con otros blogs de temática parecida, pero el Google Reader me ha demostrado también que los blogs son propensos a sufrir de una lenta agonía. Así que, de momento, me satisface verlo con tan buena salud. La segunda cifra redonda (y la que me incitó a pensar en este artículo) fue el número de seguidores. Esta semana llegué a los 50 (Dios mediante, gracias a una estupenda amiga), y debo decir que me alegra contar con cada uno de ellos. Ojalá en el futuro sean más (y que no tenga que escribir un best-seller antes), pero sobre todo me gustaría incitarles a ser más participativos. He disfrutado mucho en los breves casos en los que algún visitante ha encendido un debate, y considero que ese intercambio de opiniones es uno de los elementos más valiosos (y no siempre bien aprovechados) de esta forma de comunicación. Seré muy crítico o demasiado ambicioso, pero 180 comentarios me parecen pocos... Así pues, seguidores del blog, espero que os deis por enterados y me ayudéis a que Parrafos Perturbados sea mejor. La última cifra corresponde a la menos redonda de todas: 147 artículos. En este tiempo he podido hablar sobre los progresos de mi carrera literaria (menos de los que quisiera), de otros autores que también se están haciendo un hueco (menos de los que quisieran), de pequeños y grandes sucesos relacionados con el mundo editorial, y de algunas cosas mucho menos importantes... Todos los cuales espero que hayan sido de utilidad y/o hayan hecho disfrutar a mis lectores. Y hasta aquí mi pequeña y egocéntrica nota. Disfruten el fin de semana.

lunes, 9 de abril de 2012

"Sherlock Holmes y la Sabiduría de los Muertos" de Rodolfo Martínez

(Reseña previamente publicada en MeLibro)

Ganadora del Premio Asturias de Novela en 1996, la obra de Rodolfo Martínez (múltiple ganador del premio Ignotus, tanto por novelas cortas como por relatos) es un hábil juego de recreación del universo holmesiano (que tuvo después continuación con otros tres títulos). Para la ocasión, además, Martínez invita a una selecta nómina de personajes, reales y literarios, a los cuales otorga papeles de cierta relevancia. Y el resultado, aunque solvente, es probable que no sea del gusto de los más puristas, pues el autor se inclina por una vertiente sobrenatural que le es bastante ajena al inmortal detective.


La novela se abre con un prólogo, en el que el autor establece su primer juego de complicidad con el lector, pues plantea el libro como un “texto original redescubierto”. Mediante una curiosa anécdota, se nos aclara que el contenido de la novela no es, ni más ni menos, que una serie de relatos escritos por el propio doctor Watson. Relatos de los cuales no se tenía noticia alguna hasta este momento. Además, como comprobaremos después, se nos advierte sobre la peculiar naturaleza de los personajes involucrados, así como de lo anómalos de los casos en sí.

El primer relato, el más largo y que da título al libro, nos sitúa en este universo muy-similiar-pero-diferente del clásico holmesiano. Aquí, Doyle es el agente literario de Watson: y refleja en la continua tensión entre Doyle y Holmes la peculiar relación que existió entre el autor real con su personaje. El segundo gran invitado en este caso es Lovecraft, aunque no se trata del famoso autor de Providence. De hecho, ese es quizás el borrón que estropea las esperanzas depositadas el libro. No en vano, la obra se presenta como un punto de encuentro entre los universos de Doyle y Lovecraft. Lo cual, si se ha leído “Sombras sobre Baker Street”, queda bastante alejado de lo que uno esperaría. En cualquier caso, no se debe considerar esto una razón para desestimar su lectura. Así veremos cómo se enfrenta Holmes a un extraño caso de asesinatos y múltiples suplantaciones de identidad (incluido el alter-ego que usara en la época de su supuesta muerte), que involucra a una emergente sociedad secreta europea y al objeto de poder místico que custodian. Sin alcanzar el paroxismo cthuluniano, los elementos sobrenaturales de la trama cumplen sobradamente con la intención de desafiar las capacidades deductivas de Holmes. Y, como no podía ser de otro modo, disfrutaremos viendo cómo el genio será capaz de sobreponerse incluso ante la solución más irracional.

Los otros dos relatos que conforman el libro (incluidos en esta edición, pero publicados de forma independiente con anterioridad) tienen igualmente invitados “de campanillas”: cierto asesino en serie de Whitechapel, el conde Drácula y el doctor Van Helsing. Precisamente es el relato de la caza del vampiro el menos “canónico”, pues se entremezclan los diarios de Watson y John Seward. Curiosa combinación, mediante la cual vemos retratada la relación Holmes-Watson desde la perspectiva de un tercero (e igual ocurre con Van Helsing y su colega).

Como ya he señalado, “La sabiduría de los muertos” supone un hábil juego de realidades entretejidas. Y aunque el autor se permita la licencia de reunir a personajes literarios dispares con otros históricos, no es menos cierto que las encarnaciones de Watson y Holmes resultan totalmente familiares. La voz del doctor es esa con la que hemos disfrutado tantos casos anteriores, y la extravagante conducta del detective asesor no palidece con las del pasado. El encanto recae entonces, no tanto en la ajustada reconstrucción de los habitantes de estas historias, si no en el destino que imagina para ellos más allá del tiempo en que transcurre el caso.

domingo, 1 de abril de 2012

Otros Autores: Victoria Rodriguez

De nuevo, iniciamos un mes con la entrevista a un autor que está haciéndose sitio en el mundillo. En esta ocasión, he invitado a ponerse delante del foco (de 100W) a Victoria Rodriguez, que tiene ya un valioso bagaje como autora de fantasía juvenil. De hecho, podéis informaros sobre todo lo que ha publicado en el blog que ha dedicado precisamente a informar sobre la suerte que han ido corriendo cada uno de sus libros. Y no son pocos, no...
La verdad es que, para ser madre y tener un trabajo a jornada completa, hay que concederle el mérito de lograr sacar tiempo para escribir una serie juvenil (que ronda ya la media docena de títulos) y aún así hilar la historia de dos novelas aparte. Sólo por esa tenacidad merece todos los elogios posibles. Así que, después de apuntar su nombre para el futuro, no dejen de leer lo que ha respondido al cuestionario. 1. Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo? No podría concretar una fecha, ya que hace tanto tiempo que quiero ser escritora que se me ha olvidado. Pero fue en el 2008, cuando terminé mi novela juvenil Experimento Mythos, cuando pensé por primera vez que uno de mis escritos podía tener alguna oportunidad real. La envié al premio Edebé Juvenil y se quedó en la mesa de las finalistas, por lo que la editorial me ofreció publicarla. ¡Por supuesto dije que sí! 2. ¿Cómo ha sido, hasta ahora, tu experiencia en el mundo editorial? Pues, los inicios son muy complicados. Bueno, los inicios y lo que sigue, porque es difícil que una editorial apueste por tu obra y decida publicarla. Cuando les mandas tu manuscrito siempre esperas una respuesta, positiva o negativa, y la mayoría de las veces ni se molestan en contestar. Pero a veces ocurre. Y cuando contestan y además la respuesta es la que tú estabas esperando, es sensacional.
De momento, las editoriales con las que he trabajado me han tratado muy bien. Tal vez eche de menos un poco más de promoción por parte de los editores y me consta que la lucha por el tema de la distribución es constante. Es muy difícil encontrar los libros en los puntos de ventas y eso desmoraliza un poco. Con mi último libro, Los Guardianes de la Espada, creo que he tenido mucha suerte. Ediciones Kiwi me está tratando fenomenal y veo en ellos mucho interés por dar a conocer el libro, que es fundamental. Se toman muy en serio el tema de la promoción e intentan que sus títulos lleguen a ser conocidos por un gran número de lectores. 3. ¿Dónde buscas la inspiración para tus obras? Depende de la obra. Cuando estaba escribiendo los libros infantiles de la serie El Diario de Luna Moon, me inspiraba en mis hijas, en su entorno, en el colegio... Para las novelas juveniles, encuentro la inspiración en muchas cosas: una canción, una escena de una película que de pronto me da una idea, mis propios recuerdos, algunas situaciones cotidianas de mi día a día... 4. ¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela? Cuando era más joven escribía sobre todo relatos. Pero supongo que era por no embarcarme en la tarea de elaborar un guión más complicado y más extenso. Hoy por hoy, me quedo con la novela. Me da mucho más margen para contar la historia, puedes recrearte en los detalles, puedes llegar a conocer a los personajes en profundidad y enamorarte de ellos... Un buen relato requiere una gran labor de síntesis y tienes que ser capaz de sorprender al lector en muy pocas páginas. Me resulta mucho más complicado que la novela, tal vez porque necesito contar demasiadas cosas y el relato se me queda escaso. 5. ¿Cuánto te han influenciado tus estudios y /o tu profesión a la hora de escribir? Mi profesión, afortunadamente, nada (risas). Soy perito en una compañía de seguros, así que... imagínate. Aunque, para ser totalmente franca, si junto algunas de las anécdotas que he vivido cuando visito a los asegurados, podría escribir un libro curioso. Una vez incluso estuve en la casa de un famoso director de cine... ¡y me dejó coger su Oscar! Por supuesto, no pude evitar imaginarme que era yo la que recibía la estatuilla (risas). Pero los estudios, si me remonto a la época del colegio, creo que sí me han influenciado. Por aquella época tenía una profesora, la señorita Mari Torres, que fomentaba mucho la creatividad y recuerdo que lo pasaba pipa escribiendo cuentos. Sí, definitivamente, creo que en esa época se despertó mi ilusión por la escritura. 6. La pastilla azul hace que seas un Best-Seller mundial. La pastilla roja hace que te estudien en la escuela cuando pasen los años. Tú eliges.... Voy a contestar con sinceridad a pesar de lo que parezca: escojo la pastilla azul. Yo escribo para entretener, para hacer pasar un rato agradable y ameno al lector, porque es lo que yo quiero experimentar cuando leo un libro. Quiero que me permita evadirme, meterme en otros mundos, disfrutar con la historia. Por supuesto, tampoco hay que sacrificar la calidad por el entretenimiento y creo que una novela, aunque no vaya a ser objeto de estudio, debe estar bien escrita. Si prefiero ser un Best-Seller mundial no sería por la fama y el dinero (aunque lo del dinero no me vendría mal...), sino porque yo he estado en la escuela y me han obligado a estudiar libros que no me apetecía leer. No quiero que nadie obligue a los chavales a leer mis libros. No escribo para dar ninguna lección a nadie. Prefiero que los lean porque les apetece y porque alguien les ha dicho: esta novela está genial, te la recomiendo.
7. ¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar? No tengo más remedio que dejarme llevar. Con mi trabajo y mis dos hijas, es complicado encontrar tiempo exclusivamente para mí. Y, cuando lo encuentro, tiene que coincidir con mi inspiración. Hay veces que me siento delante del ordenador y no hay manera. Y aunque me obligo (¡venga, que ahora tienes un par de horitas libres!), cuando no sale... no sale. Así que escribo a trompicones, cuando puedo, que suele ser casi siempre por las noches, pero sobre todo cuando las ideas están burbujeando en mi cabeza y necesito sacarlas antes de que se evaporen. Esto es complicado, como digo, porque a veces estás muy metida en la historia, en medio de una escena intensa que te tiene totalmente abstraída, y de pronto escuchas eso de: mamá, ¿cuando cenamos?, y adiós a la magia. 8. ¿Hay algún manuscrito que guardes en un cajón porque aún no lo consideres suficientemente bueno? Tengo un par de ellos. Aunque uno es una novela romántica que de vez en cuando retoco y supongo que algún día, si ninguna editorial se interesa por ella, terminaré colgando en mi blog para que pueda leerla el que quiera. 9. Algo que puedas contar sobre tu último proyecto literario... Bueno, pues hora estoy escribiendo otra novela juvenil, me encanta el género. Tiene magia y fantasía, una protagonista que es un poco desastre y, por supuesto, algo de amor... 10. ¿Qué libro rescatarías a toda costa de tu biblioteca? Creo que rescataría una colección de libros de Jane Austin que me regaló mi madre con mucho cariño. Orgullo y Prejuicio es uno de mis libros favoritos. 11. Qué te falta por hacer ¿Plantar un árbol? ¿Tener un hijo? Ya planté un árbol cuando estaba en el colegio. Y tengo dos hijas guapísimas, así que... Estas dos pruebas, junto con la del libro, superadas. Pero estoy convencida de que aún me quedan muchas cosas interesantes y satisfactorias por hacer: dar la vuelta al mundo en un velero, volver a encontrarme con aquel famoso director de cine y convencerlo para que haga una película con uno de mis libros (risas), ganar un concurso de la tele, vivir un tiempo en Nueva York, colarme en uno de esos parques de bolas infantiles tan de moda (¿por qué no había estas cosas cuando yo era pequeña?), tirarme en paracaídas o hacer puenting (aunque con la edad estas actividades se vuelven menos atractivas), y en fin, tantas y tantas cosas... 12. ¿Con qué personaje literario te identificarías? Cuando era jovencita me regalaron la serie Ana, la de Tejas Verdes de Lucy Maud Montgomery y creo que el personaje de Ana es con el que más me he identificado. Por su fantasía desbordada, porque muchas veces parecía vivir en su propio mundo, y por sus ganas y su lucha por llegar a convertirse en escritora... 13. ¿Edición tradicional, o edición digital? Como enamorada de los libros, prefiero la edición tradicional. Creo que el tacto de un libro en tus manos, el poder pasar sus páginas, su olor... es algo único. Pero entiendo que en los tiempos que corren hay que dejar paso a las nuevas tecnologías. También leo libros digitales y creo que son una idea excelente. No sólo por el precio (aunque opino que aquí tenemos un campo de mejora importante, algunos eBooks siguen siendo muy caros), sino por el espacio en nuestras estanterías... Personalmente, me encantaría que mis novelas estuvieran disponibles en ambos formatos, porque entiendo que así se puede llegar a más público. 14. Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística? Cuando era pequeña estudiaba música y sé tocar un poco el piano. Pero casi nunca practico y lo tengo olvidado. Aunque no descarto retomar esta afición cuando disponga de más tiempo, es decir, dentro de unos añitos... 15. ¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar? Pues sí. Imagino que como todos aquellos que se dedican a esto de la escritura, me encantaría poder vivir de ello. Tampoco pretendo hacerme millonaria ni nada por el estilo. Con sacar lo suficiente para vivir me conformaría. Imaginaos... levantarme por las mañanas, atender a mis hijas, llevarlas al cole y luego, en la tranquilidad de mi casa, ponerme a “trabajar” en lo que más me gusta: escribir.