viernes, 2 de septiembre de 2011

Construyendo la Tierra Asediada (III)


Personajes: Argos

Si tuviera que definir cuál es la importancia de Argos dentro de la saga de "La Tierra Asediada", creo que decir "toda" sería la medida justa. Bastó añadirle a la trama para que el universo tomase forma y coherencia propia.

¿De dónde surge Argos? Pues cobró vida en un cuento corto, durante una temporada en la que intenté presentar una recopilación de relatos de temática terrorífica para un concurso. El personaje era inicialmente un híbrido entre Batman y Van Helsing en la era victoriana. La máscara, el uniforme, el conocimiento arcano... hasta su "cruzada" contra los seres sobrenaturales malignos estaba allí. De hecho, una de las ideas contenidas en las escasas páginas del relato (y que luego resultó harto relevante para la trama) fue la de enfocar el renacimiento de la magia bajo el prisma de una plaga.

Pero, centrándonos en Argos, hay que hablar de los detalles con los que acabó de convertirse en el "cazador de espectros". En su cuento corto se presentaba como un personaje decidido, ampliamente conocido y envuelto en un poderoso halo místico. Suficiente para perfilarlo en 1500 palabras, pero apenas una base a la hora de crearle un historial sólido. Aunque, en ese sentido, reconozco haber "hecho trampa": los datos sobre el personaje han consistido en pinceladas precisas pero breves, de manera que el aura de misterio que le rodea no se resquebrajase. Sigue siendo un justiciero independiente, equipado con armas capaces de eliminar a monstruos ancestrales y sumido en el anonimato. Pero también estoy convencido de que justo en esa barrera de enigmas reside gran parte de su atractivo. ¿Cuál es su identidad? ¿De dónde procede? ¿Cómo se convirtió en Argos? Son algunas de las principales preguntas que, poco a poco, deben ir desvelándose en las sucesivas entregas de "La Tierra Asediada". Y que yo mismo me he hecho, para poder conservar la coherencia del personaje y el universo.

Como he dicho, las principales referencias al construir al personaje fueron Batman y Van Helsing (y aquí los cinéfilos deberán perdonarme si confieso que le debe más a la recreación de Hugh Jackman que al clásico de Anthony Hopkins). De hecho el tono épico, unido al ir enmascarado y al frecuente uso de diversos gadgets (cuya creación me ha divertido bastante), le sitúan más cerca del "hombre murciélago". Pero eso no evita que conserve también rastros del detective por excelencia: Sherlock Holmes. La pista más obvia la da su compañero de aventuras: Marko. Pero seguro que los aficionados a Doyle encuentran muchas otras referencias (que prefiero no desvelar ahora para que podáis disfrutar la sorpresa).

Por otro lado, la mayor dificultad en el proceso de dar vida a Argos residió en encontrar sus "debilidades". Al reutilizar extractos de los cuentos cortos que protagonizaba originalmente Marina, el tono de héroe épico sin fisuras de esos relatos impregnó al cazador de espectros. Y como esas primeras escenas correspondían a momentos álgidos de la trama, al revisarlas comenzó a preocuparme que Argos "se me fuera de las manos" con sus hazañas. Si a eso se le añade que, en esta primera novela, desempeña el papel principal de "conocedor de lo oculto" para que el lector conozca los entresijos del mundo paranormal, no tenía más remedio que encontrar la manera de ponerle en aprietos. Lo cual me llevó a poner un especial interés en demostrar que, incluso con los poderes de la máscara, no era invencible. Además, al tono de misterio y terror de la novela le venía mucho mejor que su principal héroe se estuviese enfrentando a una amenaza tangible. Así que, si pensáis que Argos dispone de habilidades formidables, seguro que aún no habéis leído suficiente.

En cualquier caso, puedo asegurar que Argos me ha hecho disfrutar mucho. Tanto al imaginar su pasado como desarrollando los desafíos que deberá enfrentar a lo largo de la saga. Aún no puedo asegurar que es el personaje en cuya piel quisiera verme metido, pero sé que me lo pasaría genial pudiendo estar a su lado.

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