martes, 16 de agosto de 2011

Construyendo la Tierra Asediada (II)


Personajes: Marina Liuben

La protagonista de la novela ha sido uno de los personajes que más cambios ha sufrido a lo largo de las escrituras y reescrituras (entre otros, el cambio del nombre después de muchas consultas a mis amigos/lectores). Sobre todo porque llegó a la saga desde una serie de relatos cortos, de corte mucho más fantástico, con una identidad y una personalidad distinta.

Ya conté en el artículo anterior cómo fui transformando la ambientación de la novela para crear un universo propio y original. Y, a medida que la Tierra Asediada tomaba forma, Marina se fue adecuando también a esas modificaciones. Originalmente, el personaje reunía en sí mismo los papeles de Argos y el suyo propio. Debería haber sido como Rom, el caballero del espacio: una exiliada del plano mágico, comprometida con la detención de seres sobrenaturales. Pero al recuperar la ambientación steampunk del relato en el que aparecía Argos, también se coló en la historia el cazador de espectros. Y para evitar la redundancia de "roles", el papel de Marina sufrió la mutación a "pupilo" que posee ahora. Aunque, en cierta medida, tampoco perdió los elementos inspirados por el héroe del cómic-book.

Otro detalle importante fue su aspecto físico. Incialmente, la apariencia de Marina respondía al origen sobrenatural del personaje. Pero las características que le hacían exótica resultaban demasiado obvias o exageradas para la nueva ambientación de la historia. Y en un mundo tan suspicaz con las apariencias extrañas, como es el de la Tierra Asediada, preferí ser un poco más sutil. De ahí que ahora Marina tenga rasgos "zingaros" (lo cual, entre otras cosas, me permitió reforzar los elementos relacionados con la disputa familiar).

En este proceso, lo más complicado radicó en conseguir que la personalidad de la protagonista resultase acorde con sus reacciones. Después de todo, ya no se trataba de un héroe vocacional ni de un guerrero (como ocurría en la "primera encarnación" del personaje). Así que hubo que dotarle de un poso de fuerza de voluntad para ayudarle a enfrentarse a los desafíos que le aguardaban, sin caer en el recurso "fácil" de la rebeldía o el espíritu aventurero. Además, quería que Marina se comportase como cualquiera de los personajes "normales" de la historia. Decisión que me ha permitido luego jugar con una ambientación cercana a los relatos de terror, e imprimir mayor sensación de peligro a cada aparición de los espectros. Y, sobre todo, para señalar la diferente manera en que perciben Marina y Argos la presencia sobrenatural de la trama.

¿El resultado final? Un personaje que, con toda seguridad, le debe mucho a mi relación con los cómics de superhéroes mutantes: aspirante a héroe sin experiencia ni madurez y cuajada de debilidades, pero con cualidades para conseguir grandes cosas. O, al menos, así es como yo la veo.


jueves, 11 de agosto de 2011

"Sin noticias de Gurb" de Eduardo Mendoza


(Reseña publicada previamente en Melibro)

Publicado por primera vez en Agosto de 1991, mediante entregas semanales en el periódico El País, “Sin noticias de Gurb” se ha convertido en la obra con la que Eduardo Mendoza logró uno de los grandes hitos de la parodia literaria. Se da la casualidad además de que este año se cumple el 20 aniversario de esa aparición y Seix Barral ha publicado una edición conmemorativa, para la que han recuperado las ilustraciones de Perico Pastor que acompañaron al texto entonces, además de unas notas del propio artista y una introducción extendida.

Como advertencia, mi experiencia personal aconseja no leerlo en lugares público. No, a menos que no nos importe ser el centro de miradas de transeúntes o compañeros de viaje en el transporte público, al empezar a reírnos sin poder parar.


La sinopsis del libro es harto sencilla: dos alienígenas llegan a la Tierra en una misión científica y uno de ellos, Gurb, desaparece mientras se encuentra realizando una exploración “camuflado” bajo la apariencia de Marta Sanchez. A partir de ese momento seguiremos las peripecias de su compañero (narradas en primera persona y al minuto), al partir a la búsqueda de Gurb.

Con un humor irreverente, muy próximo a las alocadas invenciones del “Flying Circus” de los Monty Python, el anónimo alienígena nos va describiendo las experiencias por las que pasa. A través de sus ojos, vemos la Barcelona pre-olímpica en una sorprendente versión cómica de los cuadernos de viaje de los exploradores del siglo XVIII-XIX, mediante el cual Mendoza demuestra en cada página un talento genial a la hora de reírse a costa de situaciones cotidianas: las obras ubicuas, el tráfico caótico, el fútbol... que tan familiares nos resultan.

Además de la ironía que empapa esas descripciones, el elemento cómico clave del libro son las absurdas situaciones en que se ve envuelto en su afán por comportarse “como un humano”. Principalmente, las múltiples personalidades que adopta durante la historia (Pio XII, el Conde-Duque de Olivares, Romero de Torres, Ghandi...), su apetito desmedido (sobre todo en lo tocante a churros), los conflictos vecinales y sus dificultades para asimilar las sutilezas del cortejo. Gags recurrentes a los que se suman momentos en que una situación hilarante se multiplica de párrafo a párrafo con mínimos cambios.

En definitiva, “Sin noticias de Gurb” se sitúa como una gran parodia de las novelas de ciencia-ficción que, a través de la inocente visión de este visitante, nos permite reírnos a mandíbula batiente de nuestras propias incongruencias.


viernes, 5 de agosto de 2011

Construyendo la Tierra Asediada (I)


Construir el universo en el que transcurre "La Tiera Asediada" fue el resultado de combinar varias ideas generales, a las que aún no había encontrado acomodo en ningún proyecto concreto. Un proceso que no deja de resultarme curioso, por más veces que pase por él, mediante el cual esas notas de ambientación dispersas se fueron retroalimentando y haciendo más sólidas a medidas que unas me aportaban la base para modificar o ajustar las demás.

De hecho, en su germen inicial el mundo de "La Tierra Asediada" estaba formado por dos planos separados: la realidad "cotidiana" y el mundo "mágico". Y ni mucho menos tenía algo que ver con la era Victoriana. La base del libro eran varios relatos que compartían protagonista (la que luego sería Marina), en una versión del siglo XX muy cercana a la de los "comic-books" de superhéroes. Precisamente porque parte de esa ambientación podía identificarse como un "sucedáneo Potteriano", acabé por ponerme manos a la obra para poder ofrecer algo más original.

El proceso para desarrollar la ambientación definitiva implicó enseñarles regularmente a mis amigos las nuevas propuestas, soportar las críticas con estoicismo y seguir puliendo el universo. Así fue como introduje en el trasfondo de la historia una idea, que había estado presente en un par de proyectos futuristas inacabados: una zona de "exclusión", afectada por una terrible plaga, de la cual se mantiene alejada la humanidad. En ese instante el elemento místico reemplazó a las ideas "sci-fi" originales, dando forma a las "Regiones Perdidas" que aparecen en la novela. Y de ahí surgieron escenas como la Roma abandonada, cubierta por los despojos de quienes murieron al comenzar el desastre y habitada por criaturas terroríficas.

Sin embargo, aún no había definido claramente la época en que se iba a localizar la historia. Mi pretensión inicial de ambientar la trama en el siglo XX seguía ahí, pero no encontraba una manera satisfactoria de conciliar magia y tecnología en esa realidad. La búsqueda de una solución se alargó bastante tiempo, hasta que me acordé de cierto relato corto y decidí enrolar a su protagonista: Argos. En cuanto añadí a ese héroe enmascarado, mitad Sherlock y mitad Batman, estuvo meridianamente claro que iba a ser una novela de tintes Steampunk. Incluso podía relacionar todo el trasfondo mágico con un evento histórico real. Y la idea de un universo en el que se enfrentaran la ciencia emergente del siglo XIX con una magia renacida me pareció muy atractiva.

Así fue como el universo de la "Tierra Asediada" comenzó a tomar forma, creando un suelo firme sobre el que hacer andar a esos personajes que estaban rondándome la cabeza.