martes, 22 de marzo de 2011

Mi grano de arena en el aluvión de ayudas a AJEC


Apenas una semana después de que Grupo AJEC anunciara los problemas económicos por los que estaba pasando, la reacción de aficionados, autores de la editorial y blogueros ha sido unánime: su más firme apoyo para que la editorial continúe en la brecha. Recuerdo que la propuesta de Raúl Gonzálvez es convertirse en suscriptor de la editorial, obteniendo un descuento de un 20% sobre libros ya publicados o aquellos lanzamientos que interesen a la persona, obteniendo además un libro de regalo y con la promesa de que se les enviarán los ejemplares (de lanzamiento, evidentemente) antes de que aparezcan en tiendas.

El perfil Facebook de Grupo AJEC permite ver la velocidad a la que se difundió la noticia por la web, a medida que los blogueros encendían las luces de alarma a través de sus respectivas páginas. Igualmente, los foros de literatura también han servido como punto en el que comprobar la reacción de los lectores ante la amenaza de cierre.


Sin embargo, quiero hacer notar algunas de las iniciativas adicionales que han decidido llevar a cabo algunas personas para incentivar y agradecer el apoyo a quienes se hayan hecho suscriptores durante estos días:

Talisman Dreams ha hecho un llamamiento a los blogueros que, como ellos, reciben gratuitamente ejemplares de la editorial para hacer luego reseñas. Su propuesta es que los blogs envíen una cantidad de dinero (10€), y de este modo colaborar en el mantenimiento de la editorial. Incluso anima a hacerlo a blogs que no reseñen habitualmente a Grupo AJEC, puesto que parece que a éstos se les agradecería el apoyo con el regalo de un ejemplar de "El alcázar de Malviento".

El Baile de los Secretos, blog del escritor Jesús Cañada, se ha unido a este movimiento con una iniciativa muy curiosa. A aquellos que se hagan suscriptores, les invita a que añadan a su petición de suscripción una nota con el deseo de obtener las ilustraciones hechas por diversos artistas e inspiradas en la novela (que el propio Jesús se encargaría de hacerles llegar). En total son 13 trabajos (creo que la portada definitiva entre ellos), y por lo que ha estado mostrando en el blog son realmente interesantes.

¿Y yo? ¿Cuál es mi propuesta? Pues quizá no sea un gesto grandioso, pero es lo que puedo ofrecer: después de comentarlo con Raúl, hemos decidido sortear 5 ejemplares de "El secreto de los dioses olvidados" entre aquellos que se hayan suscrito durante estos días. Una vez se sepan los nombres de los afortunados, se los haré llegar autografiados y con una nota de agradecimiento por su apoyo. Me gustaría poder hacer que directamente se regalase un ejemplar a cada suscriptor, pero no hay medios...

Y eso es todo. Si surgen nuevas iniciativas de este tipo espero ir añadiéndolas a ésta lista para que podamos estar al tanto, a la espera de saber si el fandom logra salvar lo que el mercado editorial ha amenazado de muerte.

sábado, 19 de marzo de 2011

El Fin de la Inocencia


En días como los últimos que he vivido se pone a prueba la confianza que un servidor tenía depositada en el aparente respeto a unas "reglas del juego" dentro del mundo editorial.

Que Grupo AJEC pasaba por aprietos económicos lo sabíamos quienes habíamos publicado con ellos (extiendo mi conocimiento personal al resto de autores, en la fiable suposición de que no soy el único que le ha preguntado a Raúl a largo de estos meses por las ventas y las fechas de liquidación). Sin embargo, a la vista de que los lanzamientos continuaban su curso y, sobre todo, ante la renovación estructural de colecciones, mantenía la confianza en su continuidad como referencia editorial de ciencia ficción, especialmente en lo tocante a nuevos talentos nacionales.

Por eso me resultó tan chocante darme de bruces ayer con la nota que publicó Raúl Gonzálvez en el perfil Facebook de AJEC. ¿La supervivencia de la editorial se estaba poniendo en peligro? ¿Era eso posible? Desde luego, hacer un llamamiento a los aficionados para que ayudasen a achicar agua suena a medida casi desesperada. Pero no dejaba de mantener la principal incógnita... ¿por qué?


Y la respuesta a esa cuestión (o al menos una explicación que suena horriblemente plausible) la ofreció horas más tarde Rafa Marín en su blog "Crisei". Ateniéndome a lo que expresa en su artículo, a Grupo AJEC lo ha estrangulado una distribuidora. Y, por lo que quiero entender, el problema se viene alargando desde que decidió sustituir a esa empresa a finales de 2009. Ya entonces, esa modificación supuso que varios lanzamientos navideños ("El secreto de los dioses olvidados" entre ellos) se pospusieran hasta la primavera ya que, al parecer, la compañía le expresó a AJEC su incapacidad para hacerse cargo del volúmen de obras propuesto. A partir de aquí entro en la especulación y las extrapolaciones de las palabras de Rafa Marín pero, en esencia, la distribuidora habría respondido a su reemplazo mediante retrasos en los pagos a AJEC, lastrando así la capacidad de liquidez de la editorial durante todo este tiempo.

La maniobra, vista así, suena a un "o conmigo, o enemigos". O la editorial trabaja con la distribuidora en las condiciones que quieran imponerle, o se expone a interpretar un remedo de Massadá empresarial en el que, a tenor de lo ocurrido, la editorial lleva las de perder. Y la consecuencia inmediata de semejante labor de caciquismo no es sólo un torpedo contra el sueño del pequeño editor, si no que igualmente machaca a los autores cuyas obras (con suerte) serán saldadas para hacer hueco en el almacén. Eso sin contar la jugarreta que se le hace al aficionado de género cuando le niegas el acceso a títulos que muchas veces se publican sólo por el "instinto" del editor.

Lo que más me sorprende de todo esto es estar planteándome estas sospechas de malvados tejemanejes en el que, probablemente, sea el momento más tenso del mundo editorial: El futuro del e-book y del libro tradicional no deja de ser motivo de dimes y diretes. Las corrientes pro-autoedición se apoyan en éxitos como "El bolígrafo de gel verde" o la reciente carrera de Amanda Hocking en Amazon para proclamar que el modelo editorial está desfasado. La mejor opción de un autor novel para curtirse pasa ahora mismo por colaborar en blogs o webs literarias y probar suerte en concursos de renombre (la mayoría de los cuales tienen colgado el sambenito de "sospechosos habituales"). Yo soy un convencido defensor del editor, no lo voy a negar. Creo que el hecho de que algo esté escrito no significa que se deba publicar, y que la experiencia y el conocimiento le permiten elegir y saber cómo convertir un texto en un producto de consumo cultural de calidad. Así que imaginar el cierre de Grupo AJEC, con todo lo que supone en cuanto a labor de "sacar a la luz" autores noveles, me duele profundamente. Y creo que uno de sus últimas iniciativas, convirtiendo el precio de sus e-book en un "descuento aplicable" al ejemplar impreso, constituye un modo de animar al lector digital a que adquiera (aunque sea como regalo para terceros) la obra física.

¿Qué más puedo decir? Que ojalá la situación de Grupo AJEC se resuelva favorablemente, porque es una iniciativa muy necesaria en el panorama editorial español. De momento, depende de que aparezcan 50 "espartanos" dispuestos a apoyar hombro con hombro los escudos contra el enemigo del cierre. Y aún así, si acaba por desaparecer habrá que resucitarla o reinventarla. De verdad.


P.D. Teniendo en cuenta que me he referido a él como fuente para el razonamiento del artículo, si Rafa Marín considera que he cometido algún dislate al interpretar lo dicho en su artículo estoy abierto desde ya a enmendar el error y disculparme ante quien fuera necesario.

P.D. P.D. En la búsqueda de datos sobre la extensión de la noticia, me he topado con un genial artículo de Domingo Santos en el que habla sobre la situación de las editoriales en el sector de la ciencia-ficción. No he encontrado la fecha, pero sirva de toque para saber cuáles son las cifras y quitarnos algunas vendas de los ojos.

viernes, 18 de marzo de 2011

S.O.S. de Grupo AJEC


Que la crisis está afectando al mundo editorial es algo que sabemos todos los que soñamos con publicar. Un día sí y otro también vemos/oímos/comentamos lo difícil que es obtener una respuesta a los envíos de manuscritos, las pocas posibilidades que se ofrecen a los noveles fuera de la autoedición y cuánto hay que pelear por darse a conocer cuando logras que se imprima tu obra.

En este ambiente, también hemos tenido que dar gracias a algunas de las editoriales "menores" de este país por ser precisamente las que se han arriesgado a dar la alternativa a gente que nunca habíamos publicado. Gracias a ese espíritu hemos descubierto a una buena cantidad de autores en el género de la fantasía, el terror y la ciencia ficción, animando a la población de aficionados a comprobar la calidad de lo que se produce en nuestro propio país.

Por desgracia, hoy ha surgido una llamada de emergencia a los aficionados desde la editorial a la cual le debo mi "bautismo" literario: Grupo AJEC. Según palabras de Raúl Gonzálvez, la supervivencia de la compañía se ha visto complicada en los últimos días hasta el punto de amenazar su continuidad. Sin embargo, aunque reconoce estar ante una encrucijada, aún confía en salir adelante. La solución pasaría por lograr un número mínimo de nuevos suscriptores, y mediante esas cuotas mantener a flote su proyecto editorial. Personalmente, y dejando de lado los intereses materiales que me unen a Raúl, deseo que este no sea el final de una idea que había recibido un gran reconocimiento y mucho respeto por parte de los aficionados.

Las condiciones para hacerse suscriptor (incluidas las ventajas y descuentos para la compra de libros), están aquí.

EDITADO: Añado también link al artículo escrito al respecto por Rafa Marín, en el que añade razones al por qué de los problemas que está enfrentando Grupo AJEC.

martes, 15 de marzo de 2011

Velada literaria


Hace ya un tiempo que comenté esta iniciativa de veladas literarias organizada por "Blogs con historia". Se reúnen en un local de la zona este de Madrid con escritores/as, bajo un tema central que encauza el debate. Eso sí, en el distendido ambiente que ya predice el nombre de estas convocatorias: "Cervezas y Libros".

EDITADO: Mis procesos mentales siguen sin andar muy finos, así que debo corregir el resto del artículo y dejar a un lado mis propósitos para esta reunión. Acabo de darme cuenta de que la última velada de "Cervezas y Libros" tuvo lugar a primeros de mes, por lo que no me queda más remedio que esperar a la próxima convocatoria para estrenarme en calidad de participante en el evento (insisto: las fechas se me suelen colar entre los planes ya hechos).

Y mira que me hacía ilusión, porque creo que puede ser un ambiente bastante apropiado para que la reunión no se cargue de esa especie de necesaria "seriedad" que rodea el mundo de la escritura (gafapastismo, que podemos llamarlo).

Otra vez será. Pero pienso conseguirlo.

sábado, 5 de marzo de 2011

Un poco de todo


Como este mes de Marzo ha empezado un poco descafeinado en el blog (no ha habido entrevista, por ejemplo), quiero compensarlo siendo un poco más activo. Así que aprovecho mi actual reposo "por prescripción médica" para contar algunas cosas sobre mis proyectos y hacer de caja de resonancia de otras.

Y en primer lugar voy a hacerme eco del Concurso de cuentos fantásticos y de terror "Idus de Marzo", convocado por el ayuntamiento de Dos Hermanas. No suelo preocuparme de anunciar estas convocatorias, porque considero que ya hay un par de páginas (al menos) que cumplen a la perfección con esa función. Sin embargo, a éste concurso le tengo un mayor aprecio por la simple y llana sensación de trato cortés que he recibido desde que participé por primera vez. Cada año recibo una carta en mi buzón con las bases de la convocatoria, un gesto insólito y un gasto por parte de la organización que me parece muy de alabar. Al fin y al cabo, lo normal es que si uno quiere estar al tanto de los certámenes que se convocan sea imprescindible añadir a los favoritos de nuestro buscador esas páginas que recopilan las convocatorias que van apareciendo, y mantenga un ojo atento a los foros literarios en los que se mueve. Que los organizadores de un concurso te envíen aviso de que van a convocarlo de nuevo creo que es un detalle que los hace parecer más amigables y, sobre todo, que tienen ilusión por el proyecto.

Así que ya sabéis. Si practicáis estos géneros, podéis obtener más información y las bases en la web de la Biblioteca.

A colación de estos datos, comentar que ha vuelto a picarme el gusanillo del "concursismo", y en menos de una semana he enviado sendos relatos a un par de concursos. El primero, convocado por la TerBi, me ha servido para acabar con un relato cuya idea había elaborado antes de las Navidades pero tenía en el dique seco desde entonces. El único pero es que llegué al punto final del primer borrador a 24 horas de la fecha tope, así que las correcciones y modificaciones del texto no fueron todo lo intensivas que deberían. Aún así, los amiguetes que tengo subcontratados como lectores críticos no le han puesto muchos peros, así que cruzaré los dedos.

El otro concurso en el que me he metido es la convocatoria de relato corto de Primavera del foro Abretelibro!. Hasta ahora sólo he participado en dos de sus convocatorias, pero el nivel es bastante bueno y aún así logré colarme en el pódium de honor designado por el jurado (Lo cual me permitió ser publicado en los recopilatorios correspondientes). En esta ocasión he tirado de "fondo de cajón" y participo con un relato que ya escribí tiempo atrás, del cual estoy bastante satisfecho. Y que me permite eludir la tónica de la temática "Extraterrestre" de mis relatos anteriores, por cierto.

Y para acabar, pues comentar que sigo avanzando a gatas con mi última novela. El prólogo ya está terminado con un resultado bastante aceptable, y ahora espero mezclar inspiración con un buen estado de ánimo, juntar 50 o 100 páginas a la mayor brevedad posible y que el proyecto coja un poco de velocidad. Aunque es cierto que el tiempo que le dedico a escribir lo debo compartir con estos artículos del blog, las reseñas de Melibro y algún cuento corto que voy escribiendo para no dejar muertas las ideas que se me ocurren.

Saludos para todos, y felices Carnavales!!

viernes, 4 de marzo de 2011

"Los Radley" de Matt Haig


(Reseña previamente publicada en "Melibro")

Cuando vi la portada y la contraportada que Mondadori ha preparado para este libro (especialmente las notas de la cubierta posterior), toda la apariencia fue de tener entre las manos una parodia del género vampírico.

Nada más lejos de la realidad.

En mi caso, la confusión de esa apariencia externa se sumó a la experiencia de haber leído el “Carpe Jugulum” de Terry Pratchett. Así que me dispuse para una buena ración de humor negro inglés sobre los famosos chupasangre. Al llegar a la página 30, ya tenía claro que me había equivocado por completo el género de la obra. Pero una vez comenzado, quería conocer el desenlace de su trama.


¿Cuál es, entonces, la naturaleza de “Los Radley”? Pues se trata más bien de una novela negra en la que los protagonistas son los mismos asesinos. Un trasunto (lejano) de una familia de mafiosos en medio de la campiña inglesa que deben enfrentar las consecuencias de sus pecados pasados.

La trama comienza por la presentación de los cuatro miembros que conforman la familia Radley: Peter, el padre; Helen, la madre; Rowan, el hijo mayor y Clara, la hija. Cada personaje monopoliza capítulos de no más de seis páginas, mediante los cuales se muestra la red de relaciones amor-odio que rodean a cada uno de ellos. Así descubrimos la profunda crisis matrimonial de los padres, el sufrimiento del hijo maltratado por otros alumnos y el extraño malestar que acosa a Clara, vegetariana defensora de los animales. Hasta llegar al punto en que uno de los retoños Radley descubre de un modo sangriento cuál es el secreto que se les ha estado ocultando desde la infancia.

Las 300 páginas posteriores se leen velozmente gracias a la prosa de Haig, sustentado en la tensión del despertar de la sed de sangre (contra la que los padres han luchado durante años, ya que Matt Haig imagina a vampiros capaces de sobrevivir como abstemios), y por el temor a que se descubra el crimen cometido.

Tensión que se centra en Will Radley, hermano del padre y un vampiro que actúa con la instintiva simpleza de un gran depredador. Sólo que sus correrías no son tan fáciles de ocultar en este siglo XXI, y la policía además de tener pruebas contra él querría eliminarlo. Su llegada a la casa de los Radley no sólo exacerbará la tensión en el matrimonio (descubriendo el secreto que Helen le ha estado ocultando a Peter) si no que se convertirá en el espejo en que los padres no desean que se miren sus hijos. Porque Clara y Rowan ocultan un bagaje de odio y represión al que su identidad vampírica parece capaz de darles todas las soluciones. Aunque, eso sí, los conflictos planteados bien podrían sustentar soluciones con mayor intensidad emocional. La crisis matrimonial bien podría estar copiada de cualquier teleserie americana, incluidos algunos de los gags de la vecina que intenta seducir al padre de familia. Will Radley es un depredador que rompe las reglas del anonimato sólo por recuperar el disfrute de la caza (y ese hastío permite al autor justificar, en parte, el comportamiento final del personaje). Clara tiene un primer momento de brillantez que augura su probable seducción por el apetito de la sangre, el cual se diluye sin más (en aras del Happy End, me temo). Rowan obtiene mayor protagonismo al entrelazar los abusos que sufre en el colegio con la trama paterna, pero acaba controlando su instinto (esquivando el conflicto) con la misma facilidad que su hermana. E incluso la presencia de una sombra vengadora, proveniente del pasado de Will, se resuelve de forma bastante neutral.

En resumen el libro se concentra en el dilema de enfrentarse a la naturaleza de cada uno, aprendiendo a controlar sus monstruos internos, a conocerse y aceptarse. Pero no será raro si los paladares literarios más exquisitos quedan insatisfechos por un desenlace que no aprovecha las oportunidades existentes para explorar salidas menos apacibles.